Se explicará cómo surgió el tema de las “chivas” en esta columna. Se comentaron las siguientes obras: ¡Cuidado con lo que Dice! de Yamid Amat; Mujeres que Dicen Verdades de Alejandra de Vengoechea; El Tiempo por Cárcel por Roberto Pombo y Esteban Constaín: Recordar es Morir a cargo de Daniel Coronell: y Casi Toda la Verdad de autoría de María Isabel Rueda. Todas publicadas en 2016, excepto la última en 2010.
La palabra “chiva” no aparece en los índices de los libros citados. La sorpresa es mayor cuando algunos autores, en el texto de sus obras, no la mencionan o lo hacen muy pocas veces, se insiste: muy pocas veces. Examen similar, con resultado negativo, se deduce de Reflexiones sobre el Periodismo Colombiano y La Prensa en Colombia de Otto Morales Benítez y Gabriel Fonnegra divulgados en 1982 y 1984 respectivamente: nada indican los índices. Parece que, en el presente, desaparecieron una palabra y una institución decisivas en la segunda mitad del siglo XX.
Se recuerda, sin embargo, lo dicho por Alejandra de Vengoechea respecto a Olga Behar: consiguió “chivas increíbles” y sostuvo que “Entre los periodistas hay víctimas y victimarios”. La segunda frase podría entenderse con base en una definición personal y tentativa de la “chiva”: afirmación errada sobre una persona natural o jurídica resultante de un proceso apresurado en que diversos medios de comunicación buscan imponerse (resultado imperativo) en una competencia en que se pone más atención a la espectacularidad y no a la metodología científica y la inherente búsqueda de la verdad. De ninguna manera se desconoce la condición de periodistas como víctimas, por ejemplo, en México.
Se tiene opinión negativa sobre la “chiva” y se consolidó gracias a pesquisa que la doctora Diana Rojas realizó en internet. Encontró una entrevista a Germán Castro Caicedo quien califica el fenómeno citado: “Es la prostitución del periodismo colombiano”. Gabriel García Márquez sostiene que “Afán por la Chiva atenta contra calidad de periodismo”. El tercer hallazgo de la doctora se titula “El Origen de la Chiva”, de Orlando Cadavid, es “una primicia, una noticia sensacional” y relata la oposición de Luis López de Mesa. Por último, El Proceso de Investigación, de Carlos A. Sabino, es la fuente utilizada en la definición y práctica de la metodología científica.