ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Agosto de 2012

En campaña

 

La política se reinventa, repiensa y renueva, o fatiga. Igual sucede con las campañas proselitistas, o se oxigenan, o caen en tedio popular, en apatía de electores.

En América Latina son especialmente largas y cansonas las campañas presidenciales. A diferencia de Europa y Estados Unidos, donde un año es ya bastante para proclamar una reelección o un nuevo gobernante.

Colombia es caso aparte. Son tres años, cuando no cuatro, de prolongadas faenas políticas de quienes creen tener el país en la cabeza para llegar al Palacio de Nariño.

Lo bueno es que el pueblo parece haber ganado madurez frente al cotarro político de cada aspirante, pre y candidato presidencial. Recién posesionado un Jefe de Estado, y ya están listas las artillerías de quienes acechan el poder, haciéndole un mal ambiente al primer mandatario de turno, o simplemente paseándose por todos los rincones del país, anunciando que están en carrera por la primera magistratura.

Lo bueno podría ser que con tanto tiempo o hastío de prolongadas campañas, las gentes aprenden a conocer las mañas de cada aspirante, y también sus fortalezas.

Lo malo es que en cierto modo se resiente la institucionalidad. Se resquebrajan cimientos de la democracia y se vulnera la gobernabilidad. No es sano estarle echando vainas a un Presidente, sea o no ‘santo’ de devoción.

Cansa que desde el año pasado ya se proclamen nombres para suceder al presidente Santos, y de otro lado, se ponga en boca de todos el trillado tema de la reelección. Todos han hablado del asunto, menos el presidente Santos.

Cansones quienes insisten en avivar la separación Uribe-Santos. Molesta que se reúnan renombrados notables para ventilar el horizonte político de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Simpático que quienes a ultranza defendieron la reelección de Uribe, ahora se alejan de ese escenario. Curioso que haya voces que en lugar de limar asperezas, manden al carajo la unidad nacional y como platillo de cada día, sirvan el ají en las relaciones Uribe-Santos.

¿Qué contribución hacen a la confianza nacional los que echan leña al fuego por diferencias conceptuales y de estilo entre un exmandatario y el actual Jefe de Estado?

Que hay nombres calificados como Marta Lucía Ramírez, Óscar Iván Zuluaga y Germán Vargas, es cierto, pero nadie está mirando aún partidores de la próxima carrera por la Presidencia.

Se corre el riesgo de quemar el pan en la puerta del horno. Un peligro fundirse a mitad del camino. Posible quedarse sin gasolina apenas en el puerto de salida.