Sin pausa
La mayoría de colombianos no está a gusto con el estado de cosas que le ocurren al país, a las puertas del TLC con Estados Unidos y camino de otros tratados o compromisos comerciales igualmente importantes con Canadá, Japón y la Unión Europea.
El Jefe de Estado le ha pedido a su gabinete ministerial que apure el ritmo de los contratos pendientes en todos los frentes de trabajo: infraestructura vial, puertos marítimos, aeropuertos, zonas francas, competitividad, comunicaciones, turismo, propiedad intelectual y política industrial.
Los anteriores son los ejes que harán mover o no las principales locomotoras del desarrollo social y económico del país.
Los aeropuertos regionales, naciones e internacionales, no son adecuados ni suficientes para movilizar carga y pasajeros dentro y fuera del país. Fueron cinco años de gestiones para lograr el TLC con Estados Unidos y nada se hizo para mejorar la aeronavegación nacional.
El caos en la movilidad no está solo en Bogotá y las principales ciudades, se ve y se siente en las precarias carreteras locales y nacionales. Si bien el invierno no da tregua, y es mucho lo que viene haciendo el Gobierno para mitigar los daños causados, lo que se ha hecho es insuficiente.
En cuanto a la responsabilidad social y económica del atraso en las megaobras viales, los unos y los otros se tiran la pelota, nadie responde por el abuso cometido en tantos contratos donde se gastaron la plata, se montaron peajes, pero los viajeros y transportadores de carga por carretera siguen pagando los platos rotos.
La congestión en la movilidad traspasa las fronteras urbanas. Colombia no tiene autopistas suficientes para asumir el desafío de las grandes ligas del comercio global.
No hay presentación a tanta guachafita con los recursos del Estado, pues ya los corruptos hicieron la fiesta y se bailaron los recursos públicos.
Es urgente trabajar sin pausa, con firme decisión política en la construcción de nuevos aeropuertos, zonas francas y puertos marítimos. De aduanas no sabemos nada. Necesitamos saber cómo va el famoso Túnel de la Línea entre Tolima y Quindío, del cual solo se sabe que hubo sobreinversiones. No más tiempo, señores.
¿Será en octubre de 2012 o de 2013 que se entregará la autopista Bogotá-Girardot? Qué vergüenza haberles dado tanta largas a los mal llamados contratistas que hicieron mucho mérito para robarse la plata y burlar al país.