Pactos y crecimiento | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Julio de 2019

"El enfoque debe estar en ser competitivos y productivos a la vez"

Muchas veces parece ser que el gobierno y los ciudadanos o la empresa van por carriles paralelos. Para romper este paradigma se requiere empezar a armonizar necesidades y entendimiento, más cuando Colombia tiene tres retos claves: superar la zona de confort y empezar a tener tasas de crecimiento económico superiores al 2% y 3% para pasar al rango del 4 al 5%, por un lado. Por otro, si bien hay más altos índices de competitividad, en ella no debe bajarse la guardia y en especial en nuestro reacio tema a mejorar la productividad. Es decir, a procurar estar a la par con otros países que tienen mucha más habilidad o juicio para producir más con los mismos o aún con menos recursos.

De ahí que el trabajo colectivo entre gobierno y empresa, gobierno y gremios sea clave. Por lo mismo que se guarde gran esperanza en las mesas de trabajo conjuntas que se lideran en cabeza de la Vicepresidenta en torno a los Pactos por el crecimiento económico. Más aún cuando la empresa busca sufragar, con enormes esfuerzos, altas tasas impositivas, competencia desleal por el contrabando y los altos costos que frenan su constitución formal.

Bien decía Henry Ford: “llegar juntos es el principio; mantenerse juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito”. Y este debería ser el propósito. Estas mesas de trabajo deben permitir el diálogo abierto que termine con la firma de Pactos sectoriales, con compromisos específicos de parte y parte, en orden a la proyección de la Colombia futura, a esa Visión, que no puede quedarse en palabras si no convertirse en hechos.

Según la Visión de Colombia para el año 2032, muy desconocida por el común, pretendemos:  “Ser el tercer país más competitivo de América Latina, con un nivel de ingreso per cápita equivalente al de un país de ingresos medio altos, a través de una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación, con un ambiente de negocios que incentive la inversión local y extranjera, propicie la convergencia regional, mejore las oportunidades de empleo formal, eleve la calidad de vida y reduzca significativamente los niveles de pobreza y desigualdad” (Consejo Privado de Competitividad, 2016-2017).

En visita en el 2017, Leonardo Lacove, economista del Banco Mundial, hizo la comparación según la cual si Colombia en los últimos 15 años hubiera tenido similar ritmo productivo que Estados Unidos o China, el ingreso por persona sería un 25% o 76% más alto, respetivamente. Esto a pesar de haber tenido un crecimiento anual promedio del 4% del PIB.

Lacove recordó cómo para Paul Krugman, premio Nobel de Economía: “La productividad no lo es todo, pero, en el largo plazo, es casi todo”. Así, “la posibilidad de un país de elevar el nivel de vida en el tiempo depende, casi exclusivamente, de su capacidad para aumentar el producto por trabajador”. Por esto se corre un gran riesgo en enfocar las fuerzas en ser competitivos sin atender también el nivel de productividad y eficiencia. Por esto, vale la pena repetir que el enfoque debe estar en ser competitivos y productivos a la vez. Donde el trabajo conjunto gobierno y gremios será siempre constructivo, sin olvidar además los Pactos Regionales.

Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com