Arrancó la pascua pletórica de debates legales y políticos que mantienen en vilo la opinión nacional. En primer lugar, el Senado de la República se alista para el debate sobre las objeciones presidenciales a la ley Reglamentaria de la JEP. Esperemos que se estudien una a una como ha dicho el Presidente del Congreso y no se repita el espectáculo que dio la Cámara de desecharlas en bloque, en forma apresurada e inoportuna, dando lugar a otra discusión sobre vicios de forma en su trámite que también está anunciado. Penosa la injerencia de organismos internacionales multilaterales en un asunto interno colombiano de carácter procedimental, que en nada arriesga la jurisdicción especial y mucho menos el proceso de paz. Suenan sus respaldos como cantos de sirena que no se sabe a dónde van. Lo mejor para la democracia y los procesos sociales colombianos descansa en la independencia con que se discutan, en forma democrática y sin injerencia extranjera.
El representante legal de Corpovisionarios decidió ejercitar una acción de tutela contra el Consejo de Estado, lo que significa que lo acuse de arbitrario en su decisión de anular su curul y de violar sus derechos fundamentales, así sus palabras quieran bajar el calibre al fondo de la cuestión. Está en todo su derecho, veremos qué suerte tiene el amparo con tan ilustre apoderado. No hemos leído la demanda, pero escuchamos que uno de los argumentos centrales era la contradicción del Consejo de Estado, porque en la decisión sobre pérdida de investidura dijo una cosa y ahora, dice otra distinta en la nulidad. Si es esta la espina dorsal de la argumentación, no se le auguran muchos éxitos al reparo constitucional, pues como lo hemos dicho, son dos acciones bien distintas; objetiva la de nulidad por existir inhabilidad; y de conductas y comportamientos la que no está en firme. Amanecerá y veremos dice el refrán.
Mico sorprendido el que contiene el Proyecto de Plan de Desarrollo con el tema pensional, que permite la huida de los fondos privados hacia el sistema de prima media de la estatal Colpensiones. El agregado de origen parlamentario consulta el deseo popular de dar el paso, porque la gente desconfía de los fondos privados y creen que no saldrán bien librados con ellos al momento de pensionarse. La inconveniencia es manifiesta, según Asofondos, pues le puede costar al erario público hasta cincuenta billones de pesos el desfile pensional. Se vaticina entonces que los fondos privados quedarían desocupados y el de Colpensiones a reventar, ávido del subsidio estatal. Bueno sin el aval del Gobierno el tema no es de difícil solución.
Guerra intestina al interior del Polo como consecuencia de los Wikileaks que enrostraron hasta donde se llega por ganar puntos frente al Coloso del Norte, a costa de acorralar a los copartidarios. De sapos o realidades, he aquí la antinomia para los colombianos. Vivir para ver y por sus hechos los conoceréis, del refranero popular.
Lamentable final el de un gran político como Alan García, bendecido con el don de la palabra y quién cargó con el siniestro estigma de la corrupción rondándolo en sus dos gobiernos. La historia dirá donde estaba la verdad.