Hemos entrado al sendero de la paz, la alternancia y la verdad, que nos coloca en la lista de los países con orden, convivencia, bienestar, progreso y verdadera democracia.
La presidencia de Petro puede alertarnos sobre el cúmulo incalculable de lo que persigue esta comunidad para alcanzar un desarrollo que cobije por igual a todos los colombianos.
Los temores, dudas y prevenciones que se crearon durante la campaña, se disipan aceleradamente. El temible ascenso de la izquierda al solio de Bolívar, se diluye en la medida en que el nuevo jefe de Estado anuncia, con claridad, lo que va a ser su gobierno, ya sin las falsedades, infundios y mentiras de campaña.
Duque, durante la multiplicidad de viajes con los que cierra su gobierno, mantiene su oposición: “Se pueden ganar las elecciones con el 50%, pero no se puede gobernar con el 50% en contra”, dijo en un foro internacional, tal vez sin conocer lo que acontece hoy en Colombia, cuando la mayoría del Congreso, de los partidos y movimientos respaldan a Gustavo. El expresidente Uribe dio el primer paso para dialogar sobre el “Acuerdo Nacional”. Petro y él se despojaron de la emoción, y con la razón e inteligencia que tienen de sobra, prefirieron el país que tanto aman. Habrá diálogos y oposición constructivos. Rodolfo el contendor, Vargas Lleras, la iglesia católica, los gremios económicos y la opinión nacional, harán lo propio.
Los nombramientos y colaboradores que rodearán a Petro garantizarán un gobierno sin odios, marginamientos y discriminaciones. La oposición será racional.
Petro empieza bien, muy bien: Álvaro Leyva como canciller, adalid y paladín de la paz, es muestra clara, de que se reconstruirá lo más sagrado que anhelan los colombianos, desde cuando la firmó el Nobel Juan Manuel Santos. Los cuadros, que actúan en el empalme, alejan cualquier resquemor, porque Colombia ingresa a las alternancias en el poder.
Antes existió el Frente Nacional, que repartía el gobierno entre dos partidos. Ahora se trata de dar cabida a todas las tendencias y maneras de pensar del pueblo colombiano.
No se vislumbra por ninguna parte “ley de Talión”, ajustes, desquites o venganzas.
Los tambores de la paz resuenan desde ya, apoyados por la Comisión para el esclarecimiento de la Verdad, despreciada por el presidente Duque. Nos pinta a un grande, generoso y sufrido pueblo invadido por la droga y la corrupción. A una clase política armada y a una fuerza pública politizada. Plantea que ¡hay futuro, si hay verdad!
Petro, prometió que el informe de la Verdad será acogido en su integridad por su gobierno. El padre de Roux es hoy, el héroe que requeríamos.
Nuestra patria y nuestro pueblo ingresan a la nueva era de paz, progreso, equidad y democracia.
BLANCO: Habrá nueva cúpula militar.
NEGRO: Dos grandes colegas nos han abandonado: Orlando Cadavid, gran director y productor del periodismo. Brilló en los más importantes medios del país. Y Edmundo Gavassa, excelente periodista de El Tiempo y la AP en Nueva York y Cuba. Paz en sus tumbas.