Pensionados en el más allá | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Febrero de 2023

Dos años después de la promulgación de la Constitución de 1991, con el ánimo de corregir las distorsiones que existían en el sistema, se aprobó la Ley 100 de 1993. Esta reforma creó el sistema general de pensiones, compuesto por dos regímenes mutuamente excluyentes: un Régimen de Prima Media (RPM) con beneficios definidos que agrupo todas las cajas existentes, el Instituto de Seguro Social (ISS) y Cajanal y un régimen de ahorro con solidaridad.

A todas luces el pensionado debe gozar de la protección de su salud, según lo establece el artículo 49 de la Constitución: “Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad”.

Así, el gobierno presenta varios proyectos de reformas, entre ellas una sobre salud y otra en el aspecto pensional, asegurando que mantendrá la figura de las Empresas Promotoras de Salud (EPS), uno de los mayores puntos de discusión.

En Colombia la mayor tragedia para un pensionado es la de llegar a la categoría de “adulto mayor”, situación en la que un gobierno tendrá la posibilidad de aumentar la edad de jubilación; igualmente el adulto mayor pensionado debe someterse, a las tribulaciones que le pueda brindar el sistema de salud.

 El calificativo de “adulto mayor” se adquiere al llegar la “sejuela” cuya traducción literal significa: “se jue la juventud”. A partir de este momento lloverán abundantes dolencias y enfermedades. Entonces podrá cantar con Alberto Cortés “a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida/a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi muerte”.

La salud se convertirá en la bella Dulcinea del Toboso que acompañará al adulto mayor pensionado en sus días gloriosos y dolorosos, será la poseedora de la llave que abrirá o cerrará la puerta de la eternidad.

Es normal la utilización de la palabra eternidad en nuestro sistema de salud: si se solicita una cita con un especialista, será concedida para 3 o 6 meses después, es decir una eternidad; si se está a la espera de una junta médica para autorizar una cirugía, tardarán una eternidad en fijar la fecha; si el adulto mayor pensionado acude a urgencias de una institución hospitalaria, tendrá que esperar más de 5 horas para ser atendido.

Hoy ya se encuentra radicado el proyecto de reforma a la salud en el Congreso.  No será un proyecto maravilla, para los pesimistas será destruir sobre lo construido, para los optimistas será una reforma que marcará el verdadero cambio, otros considerarán que un régimen de transición durará muchos años, sin embargo, el actual proyecto no especifica cuáles serán los nuevos ajustes.  

Mientras tanto, el adulto mayor pensionado tendrá que utilizar la lámpara de Aladino para obtener el milagrito de poder sobrevivir bajo el nuevo sistema de salud, o decidirá libremente entregar su alma al diablo para que sea perpetuada en el averno, como fiel testigo de la corrupción de los últimos tiempos democráticos.