POST-COLUMNA
Jorge Echeverri
Acá padecemos el síndrome del “Pobre Peraloca”, personaje del humorista uruguayo Hebert Castro, a quien se le dijo, se le advirtió, se le recomendó, que cuando estuviera en la barbería no se le ocurriera hacerle propuestas indecentes a la niña manicurista, sin primero constatar que no fuera la esposa del señor que lo estaba afeitando; y que cuando fuera a protestar masiva y “pacíficamente”, no lo hiciera antes de que llegara la inmunidad de rebaño en medio de la peor pandemia que se convirtió en endemia.
“Pera” no quiso hacer caso. En el primer evento lo recogieron en sobre de manila y para el segundo Paro ya los muertos superaban los 500 diarios, próximamente llegarán a los 800, las UCIs colapsadas y entonces los alcaldes que permitieron las manifestaciones prohibidas por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y después se sentaron a negociar con los encapuchados de ‘la primera línea de resistencia’, ahora sí -con plena autonomía administrativa-, tendrán que adquirir de urgencia predios que sirvan de camposantos, para enterrarnos masivamente, como en Brasil e India.
Y todo por no “aguantarse el gustico” de ir a tirar piedra, tumbar semáforos y cámaras de fotomultas, vandalizar buses y estaciones del sistema masivo de transporte y arrojar bombas molotov para quemar vivos a los agentes de la Policía, so pretexto del ejercicio del derecho constitucional a la protesta ‘pacífica’.
Frente a este tenebroso panorama, a la civilidad le va a tocar repasar bien el tema, reglamentar las protestas, priorizar los derechos que sean “más fundamentales” -como el de la vida, que es inviolable- por simple instinto de supervivencia humana.
Claro que ese “gustico” no es tan natural y espontáneo como el otro: fue fabricado por el Foro de Sao Paulo, por Chávez, Maduro y Diosdado, que nos advirtieron, desde hace años, como a “Peraloca”, que las “brisas bolivarianas vendrían a Colombia y que la guerra iba a estar en nuestras ciudades”, como ya estuvieron en Chile y arrodillaron al Presidente de un país que iba andando bien y lo pusieron a convocar a una Constituyente que ganó la izquierda; van a hacer lo mismo con el Perú y nos tienen arrodillados acá, negociando por la vida, con los calzones abajo.
Este paro fue inoportuno, es ilegal y con los bloqueos y vandalismo se ha vuelto criminal. Qué tal su cabeza más visible y brillante, un extranjero que parece ser Maltés, diciendo por Caracol radio que los “bloqueos constituyen una forma legítima de lucha” y hablando de un pliego de peticiones, como si se tratara de un sindicato en pleno conflicto laboral contra el empleador, con la diferencia de que para que un sindicato declare el cese de actividades requiere de la mayoría absoluta de los trabajadores de la ‘empresa país’ y entre la CUT y la CGT a duras penas registran 1 de los 24 millones de la población económicamente activa. Cínicos.
Post-it. Al Perú ya llegó “Peraloca” y al 23% de abstencionistas que decidieron quedarse en casa tomando pisco sour con ceviche, se les advirtió… y el Foro se encargará de servir el plato fuerte.