Se impusieron con la conducción de Álvaro Uribe Vélez, por mayoría leve, los adversarios del plebiscito sobre los acuerdos de La Habana. En “Temas” (agosto 27) se expresó, en esta columna, el concepto personal sobre el ex presidente: “es el más notable fenómeno político de nuestros días, en especial cuando se impulsa a sí mismo y no a otros, su vigencia podría disminuir a largo plazo a tasa anual infinitesimal. No se comparten sus opiniones y no se cree en sus acusaciones a menos que las acompañe con pruebas simultáneas e irrefutables. Sin embargo, competiría con Evo Morales, Daniel Ortega y Hugo Chávez en ejercer la presidencia eterna de la República de no mediar obstáculo constitucional. Su oposición a los acuerdos de La Habana tal vez los haría fracasar de buscarse la aprobación pública en el momento y ojalá cambie la situación en el futuro”.

No sorprende, en consecuencia, el insuceso del 2 de los corrientes, cuyo ángulo sorpresivo recuerda el triunfo electoral de Harry Truman, en Estados Unidos, en la década de los cuarenta del siglo pasado; pudieron mediar los siguientes factores entre otros: técnica deficiente en las encuestas, poca aceptación del presidente Santos (jamás se votó a su favor o por Uribe), impopularidad merecida de las Farc, habilidad del Centro Democrático inclusive con argumentos incorrectos, deficiente campaña del Gobierno Nacional, etc. Existe un aspecto lamentable: el estratégico; en efecto, el arreglo con las Farc permitía despliegue inmediato de mayores recursos del Estado, en tropas y armamento, contra el ELN, frentes disidentes de las Farc, bacrim y delincuencia común.

La nueva situación requiere flexibilidad, buena voluntad, imaginación, capacidad de diálogo fructífero, superar polarización y egos en choque entre las distintas partes envueltas, incluyendo a las Farc, aunque se han acumulado antecedentes útiles para la realización de las venideras negociaciones. Se comentará pronto Política (Turner Publicaciones, Madrid, 2014), de David Runciman, que despierta interés por un paralelo entre Uribe y Maquiavelo.

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Permítase cambiar el tema. Se lamenta el fallecimiento de  Santiago Araoz-Fraser con quien se colaboró en su gestión como Decano de la Facultad de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y se le agradece la designación como vocero de los profesores en la celebración del cincuentenario de la Facultad y la oportunidad de resumir criterios de análisis histórico.