Al observar la Cruz más alta del mundo, la Cruz que preside el Valle de los Caídos en la Sierra de Guadarrama, España, y analizar el riesgo de desaparición que la ronda, me preguntaba ¿qué es lo que origina la persecución a la Cruz por parte de las ideologías políticas de izquierda? Las explicaciones son muchas:
que es un monumento "religioso", símbolo de la victoria frente al comunismo después de la Guerra Civil y que, aunque se erigió como símbolo de reconciliación de la España católica unida, hoy sus perseguidores lo estigmatizan y reducen a una "simbología fascista", olvidando que allí están enterrados combatientes de ambos bandos.
Pero, ¿qué es lo que tanto los irrita de la Cruz para querer destruirla? Le hice la pregunta al Prior de esta Abadía benedictina, Santiago Cantera, quien ha tenido que soportar todo tipo de presiones como el anuncio de expulsión de los monjes en pocos años, la negación de los recursos para el mantenimiento de esta Basílica Pontificia y hasta la exhumación de los restos de Francisco Franco en el 2019, de los cuales los monjes eran custodios, cuando la basílica fue tomada por el poder civil durante una semana.
Así respondió:
¿Quién busca identificar la Cruz con un matiz político?
"La Cruz está muy por encima de cualquier significado político. La Cruz es el signo de Cristo, es el signo de la redención. Pero su último objetivo es transformar el lugar de tal manera que no se reconozca su contenido fundamentalmente cristiano".
¿Los quieren expulsar?
"Están tratando de expulsar a nuestra comunidad de monjes benedictinos. Se ha dicho eso claramente por parte del ministro. Nosotros lo que hacemos es orar diariamente por los caídos de uno y de otro en la guerra española de 1936 a 1939, sin distinción, oramos por la paz de España y oramos para que no se vuelva a producir una guerra así. ¿Por qué? Pues porque estamos bajo los brazos redentores de la Cruz. Cristo perdonó al ladrón arrepentido y perdonó a los verdugos: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Cuando no se quiere escuchar el mensaje de la verdad, el mensaje del perdón, el mensaje del amor, pues se tiene ese odio a la Cruz. Pero si aquellos mismos que la odian supieran realmente toda la riqueza, todo el valor, todo lo que es el amor que hay contenido en la Cruz, nos llevarían a la unidad”.
Sobre la exhumación.
"Nosotros sabíamos que era un primer paso, es decir, que las cosas no se quedaban ahí. En este caso, la familia se oponía a la exhumación de los restos de su antepasado. Como custodios de sus restos, no podíamos ceder ante una prevención del Estado. Si la familia hubiera estado en favor de ello, pues nosotros éramos custodios, no los dueños de los restos.
Y luego también está el tema de la inviolabilidad de un templo, de un lugar sagrado que está protegido por acuerdos internacionales. Pero lo hicieron. Sí, sí, lo hicieron. La basílica estuvo ocupada durante más de una semana por las fuerzas del orden público y durante esa semana no se nos permitió el acceso a quienes somos los custodios del lugar. Esa es la realidad".
Van por la Cruz.