Una vez más los colombianos vemos desconcertados cómo se ignora el dolor de las víctimas. Una vez más habrá que aceptar el cinismo más descarado, la mentira flagrante, la arrogancia absoluta de quienes por décadas destruyeron la vida de tantos colombianos indefensos, de tantos campesinos, de tantos civiles que jamás portaron un fusil o una metralleta, o mucho menos, un cilindro de gas para destruir un pueblo.
Una vez más esos guerrilleros de las Farc, a quienes se les “regalaron”’ curules en el Congreso, le meten un gol al país y muy especialmente a sus víctimas; A las que secuestraron, maltrataron, violaron, las que tuvieron que pagar vacuna para poder continuar viviendo en su rancho, o trabajando en su tiendita, esas que los vieron destruir a sus pueblos, a las que les robaron sus hijos e hijas, algunos de los cuales aún no aparecen. Y ellos, tan campantes, apoltronados en el congreso legislando sin haber respondido por sus crímenes.
El pasado 20 de julio, 66 senadores tuvieron la vergüenza de elegir a Griselda Lobo, alias “Sandra Ramírez”, como vicepresidenta del Senado. Esta mujer fue por 35 años guerrillera y por 24 de ellos, amante de “Tirofijo”; llamado así porque, donde ponía el ojo, ponía la bala. ¿Cuántas balas alcanzó a disparar este asesino durante su vida criminal? Bien lo debe saber esta mujer, conocida “como el poder detrás del trono”; quien, no solo calentaba su lecho, sino que trasmitía sus órdenes, acolitaba sus crímenes y sus odios.
Qué pensarán tantas mujeres que en su niñez fueron secuestradas por órdenes de “Tirofijo” u otro de sus secuaces, cuándo ven a Ramírez como vicepresidenta del Senado ¿Recordarán, con profunda humillación cuando frente a ella, eran obligadas a satisfacer a múltiples guerrilleros como esclavas sexuales? Acaso, Ramírez protestó estos crímenes contra sus iguales, acaso las defendió cuándo las obligaban a abortar, no una, sino repetidas veces.
Y, Ramírez es tan cínica que asegura, oronda, que, si volviera a nacer volvería a ser guerrillera. ¡Y cómo no! Si cuando uno ama el crimen, este se le convierte en segunda piel. Pero ¿qué pasó con la promesa de “no repetición”, parte del acuerdo de la Habana que le abrió a ella y sus compinches las puertas de Senado? Esas declaraciones dejan claro que ella volvería a empuñar la metralla en cualquier momento.
Esta elección no es un mensaje de reconciliación, menos es un hito para los auto nombrados “defensores de la paz”. Al contrario, es una ¡bofetada contra la paz! Los senadores de las Farc han cumplido con muy poco de los acuerdos de Paz. No han pedido perdón por sus crímenes, sin siquiera los ha reconocido. No ha contado la verdad; por ejemplo, aún los colombianos esperamos, urgentemente, saber sobre los desaparecidos, ¿dónde están sus cuerpos? Y, si están vivos ¿qué es de ellos? Y, qué de la reparación a las víctimas. Colombia entera espera sus respuestas. Las de usted “Sandra Ramírez” y las de los otros senadores de las Farc.
Esto es una bofetada a sus víctimas. Hoy vuelven a burlarse de Colombia con el patrocinio de quienes, de una u otra manera, siempre los han apoyado, han sido sus aliados en la sombra, como los exguerrilleros del M19 y otros senadores comunistas.