El fin de semana pasado circuló por la redes sociales un procedimiento de policía, efectuado al parecer en Bogotá, por el sector de Puente Aranda, donde dos patrulleros de policía instaban a un ciudadano, que más tarde resulto ser miembro del ejército, y quien portaba prendas propias de la fuerza, lo que permitió a los uniformados informarse de su calidad militar, para que les mostrara su cédula de ciudadanía, y ante la resistencia del soldado, procedieron a esposarlo invocando recursos del Código de Convivencia y prevalecidos de su investidura policial. El video es grotesco, por decir lo menos; el trato que se escucha del patrullero hacia el militar es amenazante a más de agresivo, su tono de voz intimidatorio acompañado de empujones y manifestaciones de fuerza, sin ninguna necesidad, ya que el ciudadano no mostró resistencia ante la citada agresión policial. Al fondo de la filmación se escuchaba una señora muy bien controlada que pedía mesura y cuidado con el conducido, sin que fuera escuchada por los patrulleros comprometidos en el procedimiento, que para las redes terminó con el traslado del requerido hasta el auto patrulla.
Los miembros de la institución quedaron plenamente identificados, y para nadie es un secreto que el procedimiento fue exagerado en cuanto a palabras, amenazas y colocación de la esposas, a más de uno que otro empujón. Como era de esperarse, los mandos naturales del conducido al enterarse de la situación, se apersonaron del tema y luego de las coordinaciones del caso, con los mandos de la policía, sacaron un comunicado de prensa fechado el 17 de Noviembre del 2018, donde narran los hechos, ubican al ciudadano como suboficial del ejército, orgánico de la Brigada de Desminado Humanitario del Comando de la Décimo Tercera Brigada e informa que se adelantaron coordinaciones con el Subcomandante de la Policía Bogotá, quien de forma inmediata y una vez enterado de los sucesos, tomó las medidas internas, procediendo a la apertura de investigación disciplinaria. Manifiesta el comunicado de prensa que el alto oficial de la Policía ofreció un mensaje de ¡excusas a la fuerza y al suboficial! , terminado el comunicado con el reconocimiento que “nuestras coordinaciones fueron cordiales, respetuosas y objetivas, como corresponde entre instituciones”.
Hasta ahí debió quedar zanjado el impase, pero desafortunadamente de forma apresurada y calenturienta, un grupo de miembros de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares sacaron un comunicado a la opinión pública, donde pretenden hacer claridad sobre los procedimientos de la policía hacia los miembros de las fuerzas militares, haciendo una serie de apreciaciones que antes de aclarar y restañar las heridas, exacerban lo ánimos y desunen las instituciones. Entendemos que el procedimiento fue tosco y errado, por lo tanto los patrulleros deben responder ante su falta de profesionalismo.