Protección del Cementerio Central | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Noviembre de 2022

Miles de ponderaciones se encuentran, en el papel, diferentes informes y escritos, sobre el valor como patrimonio nacional, del Cementerio Central de Bogotá. Sin embargo, las manifestaciones físicas de deterioro, hacen creer que su carácter emblemático ha perdido todo el sentido de apropiación del Distrito. El solo muro de mampostería de cerramiento que lo delimita sobre la Calle 26 muestra cómo este se dejó al arbitrio de los graffitis -no exactamente del tipificado como artístico sino del graffiti público-, con una cadena de lemas, algunos satíricos, de protesta, de insulto o grosería, que apenas dejan ver su diseño y el respeto por el inmueble.

El Cementerio Central de Bogotá es el más antiguo del país. El decreto distrital 396 del 31 de octubre de 2003 dice textualmente: es único en la ciudad y en el país. Es la Necrópolis por excelencia de Bogotá y de la Nación, con valores artísticos e históricos de primera importancia. Gran parte de la memoria de Bogotá y del País se encuentra en esta pieza urbana, en la que reposan y reposaron quienes, desde distintas disciplinas, regiones y clases sociales, han contribuido al desarrollo del país”.

En la investigación de los planes que pudieran estar avanzando para cambiar la ruta y sin desconocer una que otra intervención, se hace urgente, que tanto el Distrito como el nuevo gobierno nacional, no desatiendan el trabajo adelantado por la ministra de cultura anterior, Carmen Inés Vásquez, expuestas en el borrador del documento técnico de diagnóstico que soporta el Plan Especial de Manejo y Protección del Cementerio Central de Bogotá, conocido como el PEMP en el sector público, bajo la dirección de Margarita Mariño Von Hildebrand.  Es un documento de sinceramiento de esta realidad.

El documento en referencia hace alusión al Cementerio Central como un especial Bien de Interés Cultural, pues se trata de dos mil ciento noventa y siete edificios que conforman una necrópolis superior a un centro histórico: “a una escala más de jardín que de ciudad y a una escala arquitectónica más cercana al monumento que al edificio”.

Se menciona en dicho documento que el Cementerio Central viene perdiendo su valoración simbólica como el reflejo del abandono en el que se observa el espacio físico sumado a otras connotaciones. Parte de los problemas están en su asignación a distintas entidades. Participan por ejemplo el Ministerio de Cultura por tratarse de un Bien de Interés Cultural, la Unidad Administrativa del Espacio Público de Bogotá UAESP -entidad competente en materia de servicios funerarios- y el Instituto Distrital de Turismo IDT.

La valoración del Cementerio Central no se puede quedar en cortas intervenciones y en renovar recorridos turístico-históricos como parte de la celebración de Halloween, como lo organizara la actual administración distrital. La historia que se requiere resaltar comienza por poderla mostrar con altura, sin la cara de desprendimiento y abandono.

Más bien pensar en la honra a los difuntos con la debida veneración al camposanto. Su protección y renovación empieza desde la fachada y es profunda en la visión integral y estética de cada monumento. Un cementerio museo no puede mostrar un deterioro del cual es responsable el Distrito y el Concejo, que deben plantear en conjunto con el Ministerio de Cultura una intervención radical de la mano del Plan Especial de Manejo y Protección del Cementerio Central de Bogotá de diciembre de 2020.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

atisbosmariaelisa@gmail.com