Elon Musk compró Twitter como quien va a un supermercado y se antoja de alguna golosina. De un día para otro, el hombre más rico del mundo comenzó a lanzar trinos polémicos. Cazó peleas como cualquier hijo de vecino y de un solo brochazo sacó la chequera y revolucionó el mundo de la tecnología y las redes sociales.
La historia ya va en que el buen Elon venderá Twitter en tres años. Otras publicaciones hablan de que, Elon comenzará a cobrarle a las empresas y gobiernos por utilizar la plataforma. Bueno y una cantidad de teorías conspirativas que no van al caso por lo disparatadas. Lo que deberíamos tener en cuenta es ¿qué hace Elon Musk usualmente con sus negocios?
No creo que el multimillonario vaya a cambiar radicalmente cómo hace las cosas. Los analistas más avezados han señalado que esta incursión de Musk por las redes sociales tiene como objetivo final competir en esa nueva economía que está dominando el mundo: la economía de la atención. ¿De qué se trata? Bueno, básicamente de tener redes o plataformas donde los humanos pasen buena parte del día.
Considero, seriamente, que la compra de Twitter por parte de Elon Musk no tiene nada de impulsivo o pasional. Mucho menos tiene que ver con esos objetivos idealistas que planteó como (entran risas) “promover la libertad de expresión”. Nada de eso. El objetivo, creo, es competir directamente con Google y Facebook por el dominio de la atención del cerebro humano.
Pasa que Twitter es una red social efervescente. Pasan miles de cosas durante el día y cuándo alguien tiene que hacer un balance no pasó nada. Es una red social efímera, sí. Pero muy efectiva para procrastinar. Los usuarios más apasionados de Twitter pueden pasar horas en la plataforma. Es adictivo una vez encuentras el sentido del microbloging. Eso sí, en términos de usuarios e ingresos todavía no tiene nada qué hacer frente a los todopoderosos de Facebook.
Los gigantes de la tecnología están afilando sus dientes para competir con el Metaverso de Facebook. Es una cuestión supremamente compleja -y también apasionante-. Pasar horas pegados al celular compartiendo fotos, videos, haciendo trends o simplemente discutiendo con desconocidos tendrá una evolución. ¿Cuál? Parece ser que el Metaverso. Pero puede que Elon tenga pensada otra cosa.
Lo cierto es que el mundo de la tecnología nos está dominando. Y las autoridades, y no hablo de algún país (menos algo tan minúsculo como Colombia), sino todas las autoridades regulatorias están totalmente dormidas, casi que víctimas de ese placebo que consumimos día a día. La economía de la atención se está moviendo a pasos agigantados y moverá más plata e influencia que lo que pasa con el petróleo. Cumplimos con advertir.