Mientras que los canales de televisión tuvieron que pagar millones de dólares para tener los derechos de transmisión de los partidos y además tuvieron que invertir una fortuna en trasladados, tecnología y producción para hacer contenidos, otras plataformas están llevándose a la audiencia.
Es un momento muy retador para la televisión tradicional. Por no decir que es el momento más jodido de su historia. Miren no más lo que está pasando con el Mundial de Catar. Mientras que los canales de aire están arañando las piedras con altas inversiones, Sergio ‘kun’ Agüero (la estrella argentina que se volvió influencer) mostró cómo hizo mercado en Doha y el video tiene más de 2 millones de visualizaciones.
Bastó con que Agüero tuviera un celular con datos y acceso a internet para quintuplicar las vistas que tiene el 95% de los partidos de la primera ronda. Y ni hablemos de las aburridas ruedas de prensa o entrevistas en zonas mixtas donde los técnicos y jugadores no dicen nada o responden con monosílabos entre los dientes que ni siquiera se entienden. Podemos preguntar entonces ¿Los canales de televisión están perdiendo su plática en Catar?
Mientras que los canales tradicionales de televisión siguen concentrados en su modelo tradicional en los Mundiales: transmitir el partido, hacer una mesa de debate donde todos gritan y todos utilizan la frase “lo que quise decir fue”, al menos 800 veces por programa y les suma las entrevistas intrascendentes a jugadores, la audiencia (sobre todo las nuevas generaciones) prefieren ver a Ibai hablando de recetas de cocina o de golf durante el Mundial.
Y ni hablemos de la comparación en cuanto a la calidad de la imagen o la producción. Mientras que los canales de televisión todavía se aferran a diferenciales como la resolución HD en las imágenes o los distintos ángulos de la cámara o los sets imponentes y lujosos, la audiencia ya no le da importancia a estos detalles, que son dolorosamente caros.
Como nunca antes, el tema es el contenido. Los usuarios, sobre todo los más jóvenes, ya no diferencian entre una emisión en directo vía satélite y una transmisión en vivo por Instagram grabada desde un celular de 500.000 pesos con imágenes pixeladas y con ruidos molestos. Lo importante ahora es engancharse con el personaje. Lo importante es engancharse con una historia o con algún reto o cuan alguna anécdota.
Todo esto es muy jodido para la televisión tradicional. Y no hablo de los canales de TV colombianos. El tema es de toda la industria, de los canales en todo el mundo. Mientras los canales se están gastando miles de millones de dólares en producción y recurso humano, la audiencia ni siquiera está viendo los partidos.
Este Mundial puede cambiar los paradigmas para la televisión y también para la industria del fútbol que, por cierto, debería preocuparse por la calidad de su producto: partidos aburridísimos, de más de 110 minutos donde pasan pocas cosas. Si no fuera por la victoria de Arabia sobre Argentina, mucha gente ni sabría que hay Mundial. Ahí la dejo picando.