El espíritu olímpico
Refrescante como un balde de agua fría terminaron siendo los Juegos Olímpicos en Londres 2012. Hay pueblos que están destinados a ser pueblos. Hay pueblos que están destinados a ser imperios. El pueblo inglés es uno de ellos. Desde sus inicios estuvo destinado a ser un imperio. A pensar en grande.
Los Olímpicos de Londres son el reflejo del peso de las tradiciones inglesas. En Colombia, en contravía de la tendencia mundial, queremos acabar con todas las tradiciones.
Cuando menos lo esperaban, los ingleses contaron con un Rey: Jorge VI, quien fue el anfitrión de los primeros Juegos Olímpicos de la posguerra en 1948. En ese entonces, la actual reina Isabel era una joven princesa. Tanto el rey Jorge VI, como la reina Isabel, presidieron los actos de inauguración.
Cuando la clase dirigente se encuentra a la altura de los retos que le impone el destino, los pueblos se comportan de la misma manera. En Colombia, nuestra clase dirigente no está a la altura de su destino y por eso nos pasa lo que nos pasa.
Fueron unos Juegos Olímpicos impecables. Impecable transmisión. Impecable organización. Con esa puntualidad inglesa. En nuestro país, los únicos eventos que comenzaban puntuales eran las misas católicas y las corridas de toros. Pero como los déspotas de izquierda son así…
De los 205 países, sólo 79 alcanzaron alguna medalla. Menos de la mitad. 55% de las medallas se reparte entre EE.UU., China, Rusia, Gran Bretaña y los demás países desarrollados. El líder, EE.UU., no ostenta más de 12% del medallero.
Cuando un líder no ostenta más de 15% del mercado quiere decir que estamos ante un mercado altamente competitivo. Los Olímpicos no son la excepción.
América Latina está muy lejos. Brasil debería figurar en los primeros lugares al igual que Argentina. Es que el neosocialismo acaba con todo. Hasta con el deporte. Los mexicanos, poniendo su bandera nacional en lo alto. Con actitud. Con garra. Todos bien peluqueados. Respetando el uniforme.
Lo de Colombia es meritorio. En nivel individual nos va muy bien. En nivel colectivo no. Meritorio que se alcancen las medallas que se obtuvieron en medio de las carencias económicas y deportivas con que se cuenta para entrenar. La educación y el deporte deberían ir de la mano.
Si todos los colombianos tuviéramos ese compromiso que nos mostró la joven y bella Mariana Pajón, otro sería nuestro país. El resultado olímpico de hoy es fruto de un proceso. De un largo proceso de preparación. Es que nada es gratis en la vida. Ni siquiera las viviendas son gratis.
Puntilla. Mientras Colombia se emocionaba con sus deportistas y su buen balance olímpico, los terroristas no nos dieron tregua: más de 15 atentados, 4 en un solo día. Ya llegaron al páramo de Pisba. ¿Necesitaremos resucitar al coronel Rondón?