RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Enero de 2013

Venezuela en la encrucijada

 

Como  van las cosas en Venezuela, hay que aclarar que este artículo no se refiere a los vericuetos que la Constitución venezolana contempla para situaciones en las que el Presidente reelegido no está en condiciones de prestar el juramento de rigor para posesionarse  del cargo. La Constitución es en ese país una figura puramente decorativa que el Ejecutivo, entre los aplausos y sahumerios del partido de gobierno, mayoritario en la Asamblea Nacional, manipula a su antojo, mientras el Tribunal Supremo, que es la cabeza del poder judicial, asiente complacido a cuantas violaciones se presenten.

Se trata más bien de poner en perspectiva lo que espera a Venezuela en el caso de que el teniente coronel y presidente vitalicio Hugo Chávez muera. Se dice que está muy enfermo y que no se sabe si va o no a salir de la situación, aunque yo personalmente pienso que todo lo que digan los voceros del gobierno o es falso o una verdad a medias. Tampoco creo, por si las moscas, que “nuestro país realmente necesite a Chávez”, como opina el presidente Santos, aunque no tengo duda de que si Chávez así lo hubiera querido las Farc hace tiempo habrían doblado la rodilla.

Cuando un líder que realmente tiene el poder muere, sus “herederos” tratan de quedarse con la herencia. En el caso de Chávez solamente hay dos eventuales sucesores: el vicepresidente Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, cada uno con un poco de esperanza en los caminos que señala la Constitución aunque saben muy bien que eso se maneja. No quiero ni imaginarme las insidias y trampas que se están tejiendo en el seno del Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido de la revolución y de Chávez, para ver quién se queda con la mejor parte. La Asamblea reeligió a Cabello como su presidente (y presunto sucesor automático de Chávez a partir del 10 de enero) por 97 de un total de 165 diputados y no por una mayoría aplastante como hubiera sido de esperar. Maduro y Cabello han dicho a coro que el 10 de enero no es una fecha fatal y que Chávez seguirá gobernando con o sin posesión.

Pero cualquiera que sea la situación, el carisma de Chávez no es traspasable a su heredero, y el proyecto revolucionario del socialismo del siglo XXI enfrentará graves problemas, como los enfrentarán los potenciales “beneficiarios” internacionales como Cristinita, Evo, Correa, Ortega y los Castro.

Conste que hasta ahora no he mencionado a la oposición. Capriles, derrotado en las elecciones presidenciales y reelegido como gobernador de Miranda, ha estado dedicado a preparar su posesión. La oposición solamente pudo conservar tres gobernaciones y perdió cuatro. Y no parece que esté preparada para una nueva campaña presidencial. 

De manera que el futuro de los venezolanos está en manos de la camarilla chavista, inferior y por eso mismo más peligrosa que el propio Chávez.

 

***

Coda. Un año lleno de bendiciones para todos.