Rafael Nieto Navia | El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Octubre de 2014

Asia Bibi

 

El artículo 295-C del Código Penal de Pakistán dispone que “cualquiera que, de palabra hablada o escrita o por una presentación visual, profane el nombre sagrado de Mahoma será castigado con la muerte”.

En junio de 2009  Asia Bibi, una humilde campesina católica, madre de cinco hijos, que estaba trabajando en un campo, fuea buscar agua pero el resto de mujeres, seguidoras del Islam, se opusieron porque, al no ser musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Le exigieron que abandonara el cristianismo y que se hiciera musulmana, a lo que ella se negó diciendo que “Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad” y les preguntó qué había hecho Mahoma por ellas. Ante estas palabras acudieron al imán local, esposo de una de ellas, que la acusó por el delito de blasfemia. Con el testimonio de oídas del imán, el juez de primera instancia la condenó a la horca.

Frente a esta condena el gobernador de Punjab, Salman Taseer, pidió al Presidente que otorgara el indulto a Asia Bibi por lo que, acerbamente, fue criticado por grupos  islámicos fanáticos y el 5 de enero de 2010 fue asesinado por su guardaespaldas.

La apelación, ante el Tribunal Superior de Lahore, acaba de confirmar la sentencia contra Bibi. De antemano se sabía que había intimidación y la presencia de más de veinte imanes durante el juicio así lo probó.

No es el primer caso. En 1993, Salamat Masih, de 11 años, y Manzoor y Rehmat Masih, cristianos, fueron acusados de escribir blasfemias en la pared de una mezquita, aunque la madre del menor dijo que su hijo no sabía leer. Al salir de una audiencia fueron baleados y Manzoor murió. Los otros quedaron heridos. El obispo católico John Joseph habló contra este ataque. Este obispo se suicidó frente a sus parroquianos en 1998 en protesta por otra condena por blasfemia a uno de ellos. En 1995 Salamat, entonces de 14 años, y Rehmat  fueron condenados a muerte pero la Corte de Lahore, en la que figuraba el juez Arif Iqbal Hussain Bhatti, los absolvió porque los condenados no hablaban árabe y no hubieran podido escribir el nombre de Alá. En 1997 el juez Bhatti fue asesinado en su despacho.

Pakistán se sienta tranquilamente en Naciones Unidas con los países civilizados.

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Coda uno. En el caso de las ‘chuzadas’ ante la Corte Suprema, la fiscal pidió que se investigue al delegado del Procurador porque, según ella, su intervención "tenía un sesgo de carácter político". En el mismo proceso la fiscal dijo que los acusados Hurtado del DAS y Moreno; secretario de Uribe, dirigían una “estructura organizada de poder” que se dedicaba a cometer actos ilícitos y tenía una jerarquía en la que se impartían y cumplían órdenes. ¿Sesgo político? A buen entendedor…

Coda dos. La inefable burocracia le está pidiendo certificado de gases a un bus eléctrico. Lo mismo pasó en Bogotá con los taxis eléctricos. Es como pedir que los trenes eléctricos certifiquen el consumo de carbón.