Recuento | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Abril de 2017

Se han leído y publicado análisis sobre las siguientes obras relativas al periodismo en nuestro país: ¡Cuidado con lo que Dice! (Intermedio Editores, Bogotá, 2016) de Yamid Amat, Casi Toda la Verdad (Planeta, Bogotá, 2010) por María Isabel Rueda, El Tiempo por Cárcel (Debate, Bogotá, Penguin Random House, 2016) por Roberto Pombo y Juan Esteban Constaín, Recordar es Morir (Aguilar, Penguin Random House, Bogotá, 2016) de Daniel Coronell y, por último, se encuentra en proceso Mujeres que Dicen Verdades. Seis grandes periodistas colombianas revelan cómo se hicieron a sí mismas (Semana Libros, Bogotá, 2016) de Alejandra de Vengoechea. Se indica, a continuación, cual ha sido uno de los propósitos al hacerlo: conocer opiniones sobre las “chivas” y el fracaso fue completo al citarse la expresión una vez, en promedio, y jamás explicarse como fenómeno con causas, desarrollo, evolución, consecuencias, etc.

Lo usual, en cualquier escrito, es expresar las conclusiones y recomendaciones al final y, en esta ocasión, se rompe la regla al sugerir, desde el principio, que a cargo de periodistas de renombre, como los indicados, se produzca la historia sobre el asunto señalado que, de no incurrirse en equivocación, tuvo esplendor treinta, cuarenta o cincuenta años atrás, vale decir, durante el siglo pasado. No sobra manifestar, de manera   explícita, el interés personal: quien escribe fue objeto de una “chiva” y el periódico El Tiempo rectificó, de modo claro y concluyente, como “Justas absoluciones” en agosto 30 de 1984; ahora bien, es elemental que quien escribe haga evidentes sus conceptos y entendimiento de la materia. La “chiva” era una afirmación sobre personas o hechos, de forma espectacular, en los medios de comunicación, por ejemplo, en la primera página de los periódicos y, se entiende, como el resultado de una competencia que se ganaba al ser el primero en divulgar la noticia correspondiente.

Es lógico que la prisa requerida pudo originar imprecisión ocasional en los resultados y se plantea una hipótesis explicativa del cambio actual traducido en que nadie se refiere al tema: ha surgido una tendencia imparable cual es el periodismo investigativo y quien escribe considera que el principal impulsor, en el momento, es Daniel Coronell. Daniel Samper Pizano jugó un papel destacado en el pasado y parece justo incluir a Olga Grace Behar Leiser.