Volodimir Zelenski ya no solo es el presidente de Ucrania y el principal rival de Vladimir Putin en el conflicto que pone en una situación ya no tensionante sino de conflicto real a las dos naciones vecinas. Zelenski es ahora el héroe nacional de Ucrania y se ha convertido en la última semana en un símbolo de resistencia ante la tiranía de Putin, que ahora está más clara que nunca.
En Rusia no existe la democracia, hay un poder autoritario que lleva más de dos décadas y no solo eso, se atrevió a desestabilizar la situación regional de su zona europea y con miras a expandirse hasta la misma España y Portugal inclusive. Aunque Rusia es un país en realidad más asiático y como afirmaba el rey Carlos XII de Suecia, recordado como “el Alejandro magno del norte” por sus victorias en batalla, de hecho, contra los rusos. “Voy a expulsar a los moscovitas a Asia de donde provienen”, frase que grabó en la historia este hombre, antes de perecer él y junto con su Imperio ante la Rusia imperial de Pedro I o “el grande”.
Ahora bien, ante la inminente guerra, la cual ya comenzó, y por desgracia, sabemos que comenzó, cuando comenzó y podemos presumir porque sucedió, lo que no sabemos es cuando ni como terminará.
Putin anexó Crimea con bastante reticencia y sin mucha resistencia por parte de la OTAN y los Estados Unidos. Putin acabó con la revolución chechena eliminando a quienes se levantaron, también algo similar en Osetia del Sur. En la propia Rusia se le achaca haber ordenado la catástrofe conocida como la crisis de rehenes del teatro Dubrovka de Moscú que acabó con 170 vidas. No está oculto también como con el paso del tiempo los individuos que se atreven a enfrentar directa o inclusive indirectamente a Putin, desaparecen simultáneamente en extrañas situaciones, en principio asesinatos o envenenamientos.
Alexander Litvinenko es un claro ejemplo de lo que sucede cuando se enfrenta al zar Putin, heredero al parecer de Pedro I y de paso de Stalin. De hecho, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) consideró a Rusia (Putin) como responsable del asesinato del exespía y opositor Alexander Litvinenko, envenenado en 2006 en Reino Unido.
Al igual, Alexéi Navalni, famoso opositor de Putin que sufrió un envenenamiento con una sustancia tóxica vinculada al Kremlin. Navalni corrió con más suerte que Litvinenko y el veneno que tomó en Siberia no fue suficiente para acabar con él, teniendo en cuenta que alcanzó a llegar a Alemania, donde salvaron su vida.
Ucrania y su valentía de confrontar a un siniestro personaje lleno de poder como Putin, de seguro pasará a la historia, hace historia ya mismo. Sin embargo, la defensiva ucraniana ante la maquinaria de guerra rusa está destinada a grandes bajas. El apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea, como el de la OTAN son fundamentales para la supervivencia ucraniana. Al igual, China es el potencial y más peligroso aliado de una Rusia bloqueada, pero con grandes reservas en oro y un arsenal militar muy considerable.
Así como, el escritor y filósofo francés, Bernard Henry Levy predice que si no hay una respuesta occidental fuerte contra rusia: “Viviremos en otro mundo, dominado por los chinos, dominado por los rusos”. Aun cuando, para el pensador Noah Yuval Harari, “Putin se dirige a una derrota histórica”.
Los dos escenarios pueden suceder, incluso interconectándose el uno con el otro. Mas, la conclusión es que no fueron suficientes dos guerras mundiales al parecer.
@rosenthaaldavid