Responsabilidad social empresarial
“Ya no se entiende una compañía a espaldas de los sucesos ciudadanos”
LA moda gerencial, la categorización empresarial, el crecimiento del compromiso con la sociedad son ahora mediciones obligadas para calificar la gestión de una empresa, de sus directivos. Hace 20 años era impensable establecer ataduras entre la comunidad y la compañía, hoy son crecientes, observadas, comparadas.
Existen ahora ejemplos de empeño social empresarial, sustentados en el respeto por los grupos de interés (accionistas, empleados y trabajadores, proveedores, bancos, gobierno, comunidades), en la innovación permanente, en las buenas relaciones internas organizacionales y ahora en la internacionalización de las compañías.
A la vez que ayudan, las grandes empresas operan sus propias fundaciones, que por lo general atienden a las comunidades donde la empresa gestiona. Ya no se entiende una compañía a espaldas de los sucesos ciudadanos, fría y distante, apegada únicamente al balance y a sus propios beneficios. Ahora las gerencias son de puertas abiertas, dispuestas al diálogo y a la concertación.
Saben esas fundaciones que poco logran sin una interacción con el sector público. De esa manera concretan alianzas con las autoridades locales para sacar mejor provecho y contar con el apoyo público-político. La gente debe saber que antes de los negocios está la política, así no guste a la juventud. Sin gobiernos atrás no es posible instalar fábricas, exportar con ventajas e invertir con seguridad.
Son ejemplos de responsabilidad social empresarial los cuidados del entorno. El aprovechamiento de energías renovables y la reducción de emisiones de CO2, empaques amigables con el medio ambiente y la educación del consumidor para su uso.
También el trabajo social dirigido a fortalecer la asociatividad, indispensable para neutralizar el individualismo que caracteriza al colombiano, que le impide trabajar en grupo, menos en equipo. Envidia y egoísmo son condiciones sociales nuestras, que es necesario erradicar para lograr verdaderas sinergias entre proveedores, y de ellos con los empresarios transformadores.
En Colombia prácticamente no existe el voluntariado, a diferencia de Estados Unidos donde jóvenes, adultos y mayores dedican varias horas a la semana a servir a los necesitados. Hay que trabajar en promoverlo. Es una obligación, primero del Estado, después de las empresas, influir para que los colombianos entiendan que servir sin pago es parte del espíritu cristiano, que también está incomprendido. Simple solidaridad.
La responsabilidad social empresarial es un ejemplo de compromiso con las comunidades aledañas, afectas, presentes en la vida de las empresas. Una obligación en el mundo actual.
Brevete
Colombia está contenta con Juan Manuel Santos, dejémoslo tranquilo. El país agradece a Álvaro Uribe las políticas de seguridad democrática y confianza inversionista, permitamos que él viva tranquilo. La economía está creciendo, aprovechemos el buen momento y hagamos cosas mejores. La corrupción está arrinconada, aplaudamos. La gestión social no funciona, a eso pongamos toda nuestra atención porque el pueblo colombiano tiene derecho a vivir con dignidad y con más igualdad.