Riesgos del ecoturismo | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Julio de 2021

Buscando noticias sobre el tema ambiental, para lo cual hay que hacer una especie de arqueología en Internet por cuanto el Minambiente no tiene un adecuado sistema de promocionar sus programas, me encuentro con un artículo sobre lo que denominan “turismo de naturaleza”, anunciando algunos desarrollos de Cormacarena y poniendo esto como ejemplo de lo que, según ellos, se debería hacer en el resto del territorio nacional.

El escrito, que comienza diciendo; “Con el fin de hacer un aprovechamiento sostenible de los bosques a través del turismo de naturaleza se firmó un convenio entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena). Se harán construcciones de infraestructura liviana en los atractivos de Caño Canoas y Siete Machos, ubicados en el sur del Meta, para brindar así mayor seguridad a los turistas.”

Pasa a continuación a describir el cómo, a través de un programa llamado “Visión Amazonía”, se propone generar una reactivación económica que dinamice la microeconomía de los lugareños y permita el ingreso de turistas a la zona de Caño Cristales, además de algunos otros lugares que son emblemáticos de la región que son en si mismos un patrimonio natural del país.

Hasta aquí todo suena bien, pero mirando un poco más el alcance del convenio, encontramos que propone; ”fortalecer la capacidad operativa y técnica de Cormacarena, entidad que a través de la promoción del turismo de naturaleza habilitará los atractivos de Caño Canoas y de Siete Machos en el corredor ecológico Vista Hermosa-La Macarena, mediante la implementación de construcciones mínimas de infraestructura liviana para la adecuación de los escenarios mencionados, en rutas donde hay destinos turísticos ya existentes, bajo las premisas de que son comunitarios y que tienen una alternancia económica para las personas, comunidades y emprendimientos”

Se invertirán entonces cerca de mil millones de pesos en un proyecto que suena bien pero que genera un inmenso riesgo a los destinos que se pretende promocionar; por más que se busca en las páginas de la Corporación y del mismo ministerio, no se encuentra ningún tipo de inversión en lo más elemental para lograr proteger los ecosistemas. Es decir, en calcular en forma clara y concisa la capacidad de carga de los de por si frágiles ecosistemas. Tampoco existe una inversión en medidas de manejo y control, lo cual nos lleva a la pregunta clave: ¿Es un proyecto económico de explotación de la naturaleza o un proyecto ecológico con beneficios económicos marginales?

En un país en el cual el mayor ingreso de corporaciones como Codechocó, depende de los permisos que se otorguen de aprovechamiento forestal, con lo cual se cae en la paradoja de impulsar la deforestación para cuidar los ecosistemas, no es de extrañar que se muestre este proyecto como un hito de reactivación económica y se olvide darle la solidez ambiental que requiere para que se conserve en el tiempo.

Aún es tiempo de corregir. Es más económico crecer la inversión para garantizar el buen manejo, que seguir impulsando el proyecto sin tener los soportes necesarios; entre otros, el personal de control y el aseguramiento del buen uso de los elementos de la naturaleza que se pretenden explotar. No olvidemos que el mal uso de los recursos renovables fácilmente los puede convertir en recursos no renovables.

 

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@alvaro080255