Samuel Hoyos | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Enero de 2016

PROYECTOS

Ley de Renovación Política

“Una sola reelección es suficiente para prestar un buen servicio”

 

El  Congreso de la República es una de las instituciones más desprestigiadas de nuestro país, no sin razón, muchos colombianos lo asocian con corrupción, vagancia y abusos de poder. La rama legislativa no ha logrado ser eficiente en la resolución de los grandes problemas nacionales, no ha interpretado las necesidades de los ciudadanos y, por el contrario, sus representantes, salvo algunas excepciones, se han convertido en los protagonistas de grandes escándalos en la vida pública nacional.

 

Gran parte del Estado colombiano ha sido cooptado por mafias que se apropiaron de las instituciones, de sus cargos y su presupuesto para mantenerse en el poder. Según Transparencia por Colombia, para 2014 el país obtuvo un puntaje de 37 sobre 100 en su índice de percepción de la corrupción, ubicándonos en el puesto 94 de 175 países evaluados, muy por debajo del promedio de la región.

 

Parte del problema, no todo, está en el Congreso. Senadores y Representantes se convierten en caciques electorales según su capacidad de repartir puestos y contratos con el Estado. Dependiendo del número de votos, generalmente comprados, intercambian con el Ejecutivo cuotas burocráticas a cambio de apoyar sus proyectos y gestión.

 

Los puestos, las entidades públicas y los contratos, les sirven, no solo para obtener una buena tajada, también para garantizar su permanencia en el cargo. Construyen una pirámide electoral de funcionarios públicos, cuyo nombramiento y remoción dependen del “padrino político”, y se apropian de recursos públicos para la próxima campaña.

 

Así, cada cuatro años se repite este círculo vicioso que les permite acumular más poder y que hace prácticamente imposible competir en su contra en franca lid. Esta práctica no solo perpetúa la corrupción, sino que impide la generación de nuevos liderazgos en la política, al desestimular el interés por el servicio público en los jóvenes.

 

Los bajos niveles de participación ciudadana en nuestro país, producto de ese descontento, han alejado al ciudadano de los asuntos públicos. Causa y efecto de que siempre sean los mismos con las mismas y nadie los controle, ni desafíe su poder.

 

Aunque sé que no es una fórmula mágica, ni la solución total a nuestros males, pondré a consideración del propio Congreso la Ley de Renovación Política, para que los congresistas solo podamos ser reelectos por una única vez en la misma corporación. También sé que no será fácil su aprobación, quienes han constituido un poder no están dispuestos a soltarlo, pero es una buena oportunidad de enviarle un mensaje al país.

 

Una sola reelección es suficiente para prestar un buen servicio, para que surjan nuevas figuras y para que los parásitos no se atornillen a la curul y desde ahí controlen el Estado.

 

Los colombianos queremos ver más congresistas como Iván Duque y Paloma Valencia y menos como Roy Barreras, más como Angélica Lozano y menos como Roberto Gerlein o Fincho Cepeda. Así como el mercado, la política requiere de libre competencia para poder funcionar, nuestro problema es la falta de oportunidades, no la falta de talento.

 

@SHOYOS