SAMUEL HOYOS MEJÍA* | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Enero de 2013

Revocatoria ya

Gustavo Petro está acabando con la ciudad de Bogotá, con lo poco que dejaron Samuel Moreno, Lucho y los Nule. Si dejamos que siga gobernando, con su estilo chavista-estalinista, en tres años la capital de la República será insufrible.

Ya demostró ser un pésimo gobernante, incumple las leyes, todos los órganos de control tienen investigaciones abiertas en su contra; se rodea casi tan mal como su propio gabinete; es mentiroso, dijo que el coronel Plazas Vega lo había torturado, después le tocó retractarse porque el Coronel Plazas demostró que estaba en España durante los días de la supuesta tortura; en fin, la lista de sus cualidades da para hacer un diagnóstico psicológico que no resulta nada positivo y menos para quien maneja el destino de nueve millones de bogotanos. Petro es más peligroso en la Alcaldía que en el monte echando bala.

 Pero bueno, precisamente la revocatoria les da la oportunidad a los ciudadanos de calificar a sus gobernantes, su gestión, su idoneidad. Los que no creen en la revocatoria, la consideran inconveniente porque según ellos se puede crecer, pero se crece más haciendo populismo desde la Alcaldía, aunque realice una pésima gestión. Otros dicen que sentaría un mal precedente, que después a todo el mundo lo van a querer tumbar y hace ingobernable al país, si creen eso entonces debemos acabar con la figura constitucional, y casi que con la misma democracia pues en ella se expresan las mayorías con todos sus riesgos.

Pero para los que si creemos, en la página www.miguelgomezmartinez.com pueden descargar el formulario, imprimirlo en sus casas y oficinas y recoger firmas, cada persona debe poner los datos con su puño y letra, y debe tener su cédula inscrita en Bogotá. Si los ciudadanos no controlamos a los gobernantes perdemos la calidad de ciudadanos. En Venezuela nunca se imaginaron lo que les iba a pasar y les pasó, no dejemos que en Colombia nos suceda lo mismo. Aquí el mecanismo de la revocatoria es un recurso legítimo establecido en la Constitución para que la gente lo utilice cuando los gobernantes que obtuvieron el mandato mediante voto popular resultan inferiores a sus responsabilidades en el cargo. 

@shoyos

 *Profesor Universidad Sergio Arboleda y U.D.C.A.