La estrategia de la “emberracada” reina en Colombia. La ensayó con total éxito un Vélez Uribe, con la complacencia de un Uribe Vélez, durante el plebiscito de octubre.
Vélez lo admitió y se vanaglorió de haber acudido a esa maniobra: “se trató de no apelar a la razón, de buscar la indignación, para que la gente saliera a votar emberracada”. Con el engaño, la farsa, la mentira, el susto y el miedo, se induce hoy a un electorado, un pueblo, a una comunidad y hasta a un parlamento a actuar emberracados.
Pues bien: el actual Senado, en el que se asientan personajes irreflexivos cayó en la misma trampa, que el uribismo le tendió al país en ese oscuro octubre, cuando trataba de sepultar la paz.
Un irresponsable subsecretario del cuerpo legislativo, el que debe dar fe de lo allí actuado, acudió a la mentira, al engaño, a la mentira, a la posverdad, para asustar a los “padres de la patria”, quienes irreflexivamente salieron a cobrarle a Noticias Uno, las denuncias que hace basadas en sus investigaciones, de las cuales no se escapan el Senado, el uribismo y demás movimientos y sectores que obran corruptamente.
Se aprovechó la efervescencia y el calor para despotricar contra Noticias Uno y demás medios que denuncian las venalidades. Trataron de impedir el ingreso al recinto de periodistas que descubran o delatan inmoralidades. La libertad de expresión quedó en vilo por momentos. El senador Benedetti fue el único que no tragó entero la farsa de la golpeada mejilla del lobista subsecretario, muy dolido por la pérdida de la elección de un magistrado. El CPB, nuestro gremio, denunció valientemente la ansiedad de un Senado para implantar la censura de prensa.
Grave, muy grave, lo que han implantado los dirigentes de un movimiento político que, sin ética alguna, acuden a las peores añagazas, patrañas y artimañas, para manipular a la opinión pública y muy especialmente a un grupo de senadores que deberían ser ejemplo de aplomo, cordura, sensatez, honradez y justicia, antes que actuar irracionalmente, con ligereza, disparatadamente.
Qué podemos esperar de un país, de un electorado así manejado, así conducido, así orientado. Al que han llevado a odiar y torpedear una paz estable y duradera. Lo grave es que muchos se tragan ese engaño, ese susto, ese miedo y muy seguramente seguirán actuando emberracados, como cualquier senador irreflexivo.
BLANCO: Noticias Uno, demostró la ética, el profesionalismo y la independencia del periodismo colombiano.
NEGRO: A estos paros sacaron a la gente emberracada y extrañamente financiada.
gabrielortiz10@homail.com