SERGIO VESGA DÁVILA | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Abril de 2014

Minería y ambientalismo

 

El cambio climático urge en los temas de atención mundial, que los ambientalistas hace décadas claman a gritos propendiendo por el respeto a la naturaleza.

Recientemente en Colombia se han destacado noticias sobre el envenenamiento de peces ocasionado por vertedero de plaguicidas en el Mar Caribe y otros desechos industriales. El Cerrejón, al que han llamado “La Muerte Negra”, a causa de  la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, que tiene a los wayyú al borde de la extinción, por la polvareda de carbón producida por los drenajes de ácidos y residuos de dinamita que caen al río Ranchería, lo que ha provocado muertes, alteraciones genéticas, diarreas y afecciones respiratorias y  más de 800 enfermedades, según el estudio epidemiológico de las semanas 1- 24 del 2010 del departamento de La Guajira, en el que se pone de presente que el desvío del cauce del río Ranchería pone en riesgo la vida de miles de indígenas, afrodescendientes y pobladores de varios municipios, por extraerse más de 500 millones de toneladas de carbón.  La mina “La Colosa”, explotación aurífera a cielo abierto más grande de Suramérica en Cajamarca, Tolima, la que se ejecuta en las inmediaciones de “El Machin”, segundo volcán más peligroso del mundo, con preocupante impacto geológico y ecológico para el centro del país. La reciente noticia de la mortandad de chigüiros, zorros y babillas en los Llanos de Casanare, de la que unos culpan a San Pedro, mas hay quienes aseguran que ella se causó por cultivo de palma y operaciones petroleras, que han afectado la capacidad de la tierra para retener el agua. Agregan que las petroleras también son responsables porque enfermaron la tierra con las detonaciones de sus trabajos de sísmica buscando yacimientos. Obviamente la sequía se ha agudizado por el cambio climático. El tsunami de Chile, que es uno de los países con mayor explotación minera del continente, nos puso a mirar el informe del Centro de Estudios de la Universidad de Chile, sobre impacto ambiental el que nos dice: Toda explotación minera tiene efectos ambientales como: Daño a la tierra. Se ha estimado que el uso minero de la tierra entre 1976 y 2000 es de 37.000 km2; esto es cerca del 0,2% de toda la superficie terrestre. Se estima que 27.000 Mt. de minerales y sobrecarga se extraen de la corteza terrestre cada año. Liberación de sustancias tóxicas en  metales, como cadmio, mercurio, plomo y metaloides como antimonio o arsénico, los cuales son altamente tóxicos. Drenaje ácido de minas, genera aguas ácidas cuya oxidación produce ácido sulfúrico y óxidos de hierro. Polvo silíceo puesto que produce silicosis y enfermedades pulmonares. Ruido, uno de los peligros ocupacionales más comunes. Desmontes y relaves. La minería involucra mover mucho material estéril y depositarlo en desmontes en las cercanías de las minas, debido a que el transporte es caro. Fundiciones, que emiten SO2 dióxido de azufre, el cual junto con NOX compuesto de óxido nítrico y dióxido de nitrógeno, y CO2 dióxido de carbono, originan lluvia ácida. Las aguas de lluvias normales tienen un pH de alrededor de 5,7, pero pueden llegar a pH 2,9 sufriendo los lagos y aguas, una disminución de los peces en ellos y las áreas mineras pueden llegar a estar rodeadas de tierra estéril donde la vegetación ha sido destruida por los ácidos y el suelo erosionado. Minerales Industriales no-metálicos, que igualmente afectan el ecosistema. La legislación ha generado medidas anti-polución necesarias, mas son letra muerta por falta de herramientas para los vigías de su cumplimiento, frente al poder económico y consecuentemente político de las transnacionales.

Tenemos un presente devastador que clama protección urgente a nuestras fuentes de vida en procura de un futuro sostenible para las generaciones presentes y venideras.