Se trata de revivir una contienda que existió años anteriores a la iniciación de esta guerra que armaron los grupos guerrilleros, con los que hoy se está poniendo fin a una confrontación de medio siglo.
No se han silenciado los fusiles, ni disipado los olores a pólvora y sangre, cuando aparecen las plañideras de la guerra, que con el más vulgar y procaz vocabulario, infestan y rellenan medios y redes sociales para impedir que una nación logre salir de la ruta del desastre.
La “hora de los payasos” tiene un límite. En Estados Unidos, por ejemplo, en donde Trump, con la misma cartilla del uribismo, Joseph Goebbells y el fascismo, logró en un principio aglutinar febriles, cándidos y aturdidos seguidores, los va perdiendo en la medida en que se descubren sus engaños y confusos propósitos.
Esa hora también se derrumba en Colombia. El vigoroso tic tac, despeja la enrarecida bruma de mentiras y mala fe, con las que se pescaba incautos para llevarlos hacia la continuidad de una guerra sin fin, con la que sus promotores buscan riqueza, prebendas y poder.
Vemos como las cosas se atemperan y se impone un clima de tranquilidad, basado en el perdón, cese al fuego, dejación de armas, reconciliación, no repetición, justicia, reparación, devolución de tierras y plena democracia. Ahí radica el gran temor de los enemigos del Plebiscito y de la paz.
Grave sí, la manipulación de encuestas, medios y redes sociales.
Imperdonable la metodología de los encuestadores, como la denunciada por el colega Daniel Coronell. Oprobiosa la lluvia de improperios, y el insolente y procaz vocabulario, que utilizan grupos o células de uribistas para atiborrar las redes sociales con mensajes idénticos, enviados a diferentes correos, para engañar a la gente y hacerla creer que hay enjambres de enemigos de la paz.
La memoria es flaca e impide recordar cómo Pastrana despejó kilómetros, que entregó a Tirofijo, sin plebiscito ni consulta; la bendición de Uribe a los paras, y las promesas de lo divino y lo humano a las Farc, sin pedir permiso a nadie. Estos personajes no admiten que su hora terminó y, que sus plañideras no podrán cambiar el rumbo de nuestra historia. La alternativa es: ¡Paz o guerra!
BLANCO: La excelente presentación de nuestros deportistas en Rio.
NEGRO: ¿Quién pagará la indemnización a Piedad Cordoba, el Procurador que se extralimitó, o los pobres contribuyentes colombianos?
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