“Delincuentes nunca menguarán la valentía de estos hombres”
No cesan los ataques de toda índole hacia la noble institución de la Policía Nacional; a través de los años el país ha debido vivir las arremetidas de los delincuentes contra la Policía. Es interminable la lista de héroes, unos muertos, otros heridos, muchos de ellos limitados de por vida. Dura la experiencia y sin embargo, pese a la persistente amenaza, no faltan hombres vestidos de verde oliva que ponen la cara en defensa de la sociedad, no obstante que esta misma sociedad, en oportunidades les da la espalda, los desconoce, irrespeta y vilipendia, olvidando todo ese caudal de compromiso asumido por la institución, para proteger las comunidades sin distingo alguno.
En la actualidad estamos viviendo una arremetida violenta en contra de los policías de Colombia, y la amenaza es nacional, porque cuando las cabezas de estas organizaciones delictivas le ponen valor a la vida de los policiales, esta oferta cubre todo el territorio patrio. La lista de víctimas está creciendo y el General Nieto hace ingentes esfuerzos por motivar a sus hombres a tomar medidas de protección y prevención acuñadas en los tiempos de formación y entrenamiento, pero ante la ventaja de la sorpresa a favor de los delincuentes es muy difícil actuar en defensa propia. No olvidemos que la Policía tiene la obligación de asistir a cualquier llamado de auxilio ciudadano, es imposible negarse al cumplimiento de su deber, enterada como está de que estos clamores en varias oportunidades son falsos y se convierten en celadas par atentar contra su integridad y su propia vida. Para satisfacción profesional, en esta oportunidad el mando y todos los efectivos que componen la planta institucional han recibido manifestaciones de solidaridad, venidas como es de público conocimiento, de sectores muy representativos de la vida nacional, como son los medios de comunicación, las organizaciones sindicales, los comerciantes y en fin todo el país, con el gobierno a la cabeza. Gracias por ese apoyo.
Como decía en un principio esta situación no es nueva para la institución, y me permito comunicar a esas hordas de asesinos, sicarios, delincuentes, que no obstante sus asaltos, atentados y homicidios de policías, nunca menguarán la valentía de estos hombres. Y permítanme desde la reserva, recordarles que en los tiempos del tristemente célebre Pablo Escobar, los policías enfrentaron retos similares y nunca, nunca, percibí un agente negándose a prestar su servicio a la comunidad, aun sabiendo que en ese cumplimiento del deber, en esas vigilancias, se le podría ir la vida. Ustedes nos obligan a recordar momentos tristes de llanto y familias enlutadas, pues hoy lo estamos viviendo, pero gloriosos para la institución, por la valentía y el pundonor de sus hombres, seguimos enterrando nuestros muertos pero nunca nuestro dolor.