Difícil tarea tienen los ex presidentes Pastrana y Uribe en estos momentos. Entraron por la puerta grande de la posverdad, por esa que han venido utilizando para desprestigiar a quien graduaron de enemigo. Nunca imaginaron que caerían en su propia trampa, en esa que utilizaron contra el plebiscito.
Quienes conocen y están acostumbrados a codearse con los magnates en “Mar-a-Lago”, saben que por esos lares nadie puede pasearse como lagarto, en busca de alguien a quien saludar, o con quién tomar un whisky en el exclusivo club.
Qué tristeza, haber sido invitados al tan timbrado sitio, y no tener un solo testigo, una foto, o un video que lo compruebe.
Ni la gente de Trump, ni sus invitados los vieron. Raro que el hombre más custodiado del mundo, reunido con el más vigilado de Colombia, no tengan una sola persona que certifique el “apretón” de manos y el supuesto diálogo. Al parecer el único que vio a Uribe con Trump fue Pastrana, y el único que vio a Pastrana con Trump, fue Uribe, porque Trump tampoco los vio.
Extraño que el vocero o vocera de la Casa Blanca, corrobore “súper anónimamente” la reunión. “Los vi reunidos con Trump, pero no digan que estuve por ahí”, parece haber señalado.
A muchos se nos han ocurrido acciones de lagartería, pero con testigos, si a quien se lagartea es un gran personaje. Si no lo es, los mismos lagartos nos cuidamos de que haya “moros en la costa”. En esa costa floridiana no hubo ni siquiera “moros”.
El cuento ese no se lo traga ni el más furioso uribista pura sangre.
En medio de todo, este país tiene mucha suerte. Estaríamos hoy en grandes dificultades, si el tal “apretón de manos” se hubiera realizado. Iban con sus acostumbrados chismes a pedirle a Trump un feroz apretón para todos los colombianos.
La fallida reunión obligó al ex presidente Uribe a redactar una carta que le tradujo al inglés el ex presidente Pastrana. En ella derrama amargura y descrédito sobre la Colombia y sus habitantes que perfeccionan una paz estable y duradera. La misiva estaba dirigida al Gobierno, al congreso y al pueblo estadounidense y debe estar dando vueltas por allá, mientras Uribe y Pastrana dan vueltas para buscar afanosamente una nueva “invitación de terceros”, que por lo menos les permita conocer el exclusivo club de “Mar-a-Lago”, esta vez con fotos y testigos, pero sin Trump.
BLANCO: La excelente obra teatral de Betty la Fea, en Cafam.
NEGRO: La nueva tragedia invernal que enluta a Manizales.
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