Continuamos en acercamiento a ese gran acontecimiento del reciente “Sínodo”, que fue él mismo vivencia de un “caminar juntos”. Destacaremos el contenido de la “Introducción del Informe Resumido” que se dio a su final, en el que se mencionan los principales temas allí tratados, en vivencia de fe y caridad.
En las primeras líneas de este “Informe”, que es como un documental de lo vivido en esa magna asamblea eclesial, se percibe el gran sentido de un paso dado por unos bautizados, Obispos, Sacerdotes, y fieles laicos, que se sintieron formando de verdad: “un solo espíritu y un solo corazón” (I Cor. 12,13). No fue un debate de ideas sino un “cantar en variedad de voces y unidad de almas, bajo las luces del Espíritu Santo”.
Al centro de ese hecho eclesial estuvo el Sucesor de Pedro, que confirmaba en la fe y exhortaba a ser audaces en la misión encomendada a esa gran Asamblea. No iban a improvisar pues tenían la base de Tradición, actualizada en el Vaticano II, con la fuerza profética de allí dimanada. Desde allí “la perspectiva a un regreso a las distintas partes del mundo, a las Iglesias Particulares (Diócesis), a difundir sus frutos.
Enriquecimiento eclesial fue esta etapa que ha concluido, con llamado a la santidad a todos los miembros de la Iglesia, como “prolongación de lo inspirado a través de los siglos, y relanzamiento de su fuerza, con profetismo, al mundo de hoy. Se dio allí testimonio de sapiente y acogedora escucha de ideas diferentes, y entrega a propiciar cumplimiento con gran discernimiento.
El texto de este “Informe Resumido” se presenta en tres partes: 1º.- “El rostro de la Iglesia Sinodal”, con acogida y práctica de la “sinodalidad” en esta misma Asamblea, cada cual empeñado en vivir su propio Bautismo, en corresponsabilidad de compromiso del Evangelio, en una Iglesia que sea “casa de la familia de Dios”, en donde se geste la reconciliación, a la cual invita a la humanidad con entrega que emerge de “todo trato lengua, pueblo y nación”, con acogida a los pobres y marginados, jóvenes y mayores, y a personas de distintas tradiciones. 2º.- “Todos discípulos, todos misioneros”, en una Iglesia que por naturaleza es Misión. Allí está fuertemente destacada la presencia de hombres y mujeres, laicos y laicas, consagrados y consagradas, Ministros Ordenados y Diáconos, pues “la Misión” es una gracia que compromete a toda la Iglesia, “mujeres y hombres, dentro de la misma dignidad bautismal”. Punto culminante es reflexión sobre el Obispo en el Colegio de los Obispos, y la prudente dirección en labores de la Curia Romana.
En la 3º.- Parte de “Informe” se llega al aspecto práctico de “tejer vínculos que construyen comunidad”. Aquí se hace un llamado a la formación de cada bautizado como hizo Jesús con sus discípulos, con enseñanza a orar, compasión por las multitudes, señalamiento del camino de la cruz, siendo sujeto de esa permanente formación todo el Pueblo de Dios. Primera escuela es la familia, y como primer objetivo llevar a cada persona a un “sólido encuentro con Jesucristo”.
En cada una de las secciones del “Informe” se colocaron pluralidad de temas que señalaron “Convergencias”, y “Cuestiones”, que ameritan nuevas determinaciones. (Continuará)
*Obispo Emérito de Garzón
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