Somos amor | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Junio de 2022

El amor es la fuerza más poderosa que existe. Va mucho más allá de cualquier emoción o sentimiento, que son los que nos enredan, mientras que el poder amoroso nos libera.

El título de esta columna no es romántico: es un asunto de física cuántica aplicada. Entre más conscientes seamos del amor como fuerza, mayores comprensiones tendremos de nuestra vida, la vida y el mundo.  De los multiversos.  David Böhm, en La totalidad y el orden implicado, nos cuenta que hay una especie de tejido ondular que subyace a todo lo que existe, una malla invisible que está implícita en los niveles cuánticos de la materia y que la sostiene. Eso es el amor.  Cuando nos dicen que Dios es amor nos están revelando una verdad maravillosa, que entre más creamos y comprendamos podremos llevarla al nivel de la certeza.  Sí, Dios es amor, luz y consciencia, una triada divina de la que también nos habla el Dr. J. J. Hurtak en Las claves de Enoc

Si esa fuerza está en todo lo que existe, la consecuencia directa es que nosotros estamos hechos de amor.  Somos amor: está en todos nuestros espacios interatómicos, nuestro ADN, nuestra sangre, nuestros tejidos, huesos y órganos; en nuestra piel. Cuando reconocemos esto, verdaderamente nos liberamos, pues comprendemos que vibramos en amor, literalmente.  No hay que buscarlo, solo es preciso reconocerlo. ¿Cuántas veces hemos sufrido porque no nos aman o porque no nos aman de la forma en que queremos? ¿Cuánto tiempo nos hemos lamentado por no tener la enfermiza media naranja, sin reconocer que estamos completos y que el amor está adentro? Sí, es posible que hayamos estado dormidos; y nos podemos sacudir.

Despertarnos es posible, aunque nos cueste trabajo. Como la mayoría de los seres humanos hemos sido víctimas de alguien y/o algo, podemos tener la tendencia a vivir anclados en el sufrimiento, lo cual nos permite manipular y de esa manera obtener cosas que queremos. Hoy podemos salir de la zona de confort de buscar el amor afuera sufriendo, para reconocerlo adentro en gozo, ese estado del ser que va más allá de la felicidad, que -como todas las emociones- es transitoria.  Cuando nos sabemos amor y lo encarnamos en forma consciente en cada presente somos libres pues trascendemos las emociones.  No nos lamentamos ni culpamos por el pasado; tampoco tenemos la angustia del futuro.  No caben la envidia ni la arrogancia, el castigo ni la ira.  Solo, ¡como si fuera poca cosa!, somos amor.

Podemos inhalar en la consciencia del amor y exhalar lo que le es ajeno.  Es cuestión de enfocarnos en la respiración y entregarnos a la experiencia. Somos amor, aquí, ahora. Y en el amor, hacemos milagros.

@edoxvargas