Colombia atraviesa momentos difíciles, los populistas justifican sus críticas a los gobernantes calificándolos de ineficientes, entre ellas la alcaldesa Claudia López, quien ha resultado ser un fracaso en su administración, presenta proyectos en el Concejo, que después se ve obligada a retirarlos; además cuando en campaña aseguraba “yo voy a ser la jefa de la policía nacional”, hoy se lava las manos, acude desesperada a la presidencia de la República y a la procuraduría para buscar apoyo institucional.
Otras veces nuestra alcaldesa no escatima oportunidades para criticar las actuaciones del Gobierno, sueña que está en campaña presidencial.
Con razón Rousseau fijaba su razonamiento en la tendencia a la libertad, “empero, esta vida primitiva estaba llena de peligros ante la naturaleza enemiga, por lo cual lanza la hipótesis de que los hombres llegaron a celebrar un contrato para asociarse”, teoría del “contrato social”
Fácilmente, idealizamos una democracia como única forma justa de un gobierno, sobresalen individuos que a pesar de estar mal informados, y peor aún expresan que para nada le interesa la política.
Desafortunadamente, teniendo el derecho a elegir libremente, apoyan medidas políticas y candidatos con los que en realidad nunca está de acuerdo. En Colombia y en otros países se vota “en contra”, es decir, para derrotar al candidato que no sea de su simpatía.
Una utopía que impulsa a todo ser humano a decidir su futuro en una sociedad es la igualdad. Las promesas de igualdad y de reformas siempre salen a flote en épocas electorales, pero en realidad ningún movimiento político estructura su programa basado en la igualdad.
Funestos los aduladores de Maduro, dictador ignorante y asesino, que aún cuenta con mayorías para enclaustrarlo eternamente en el poder. Maduro fríamente asesina a sus contradictores, lanzándolos por las ventanas desde las alturas para que parezca un suicidio. Le encantaría revivir los momentos en que Rasputín fue envenenado, cuando Yusúpov organizó un suntuoso banquete, ofreciéndole pastas y vino con dosis de cianuro.
Rusia sigue dando ejemplo para exterminar a sus enemigos. Hace poco el mayor crítico de Putin, Alexi Navalny, quien refiriéndose al partido del presidente ruso como un lugar de “criminales y ladrones”, en su viaje a Alemania fue hospitalizado, allí en las pruebas de toxicología encontraron en su cuerpo rastros de una sustancia denominada Novichok. Descaradamente el gobierno ruso niega sus intenciones, mientras que continúa brindándole su apoyo a la dictadura venezolana.
Desgraciadamente en Colombia, los partidos de la oposición con su populismo de izquierda se volvieron críticos de oficio, no apuestan para que al país le vaya bien, mejor que le vaya mal, para poder ganar adeptos en las próximas elecciones, algunos populistas aún toman como modelo a Rusia, Cuba y Venezuela.
Con razón la politóloga Gloria Álvarez en su obra El Engaño Populista afirma: “El nivel de idiotez, para usar el concepto de Vargas Llosa, parece haberse incrementado en muchas partes a pesar de todas las pruebas de que el populismo, sea de derecha o de izquierda, es un rotundo fracaso”