Realizadas las esperadas y muy publicitadas elecciones del 29, pasamos a la verificación y recuento, momento difícil y muy controvertido por las posiciones antagónicas y posibles enfrentamientos entre participantes poco respaldados por el electorado, pues asumían o esperaban unos resultados menos adversos y ante la derrota, anteponiendo el deseo como primera alternativa, buscan con los recuentos de votos un saldo más amable. Los entendemos y compartimos su frustración.
Esta situación no es nueva, por el contrario, en cada contienda electoral este escenario se repite, con la fortuna que la experiencia facilita un análisis con resultados serios y seguros.
Las estelas de estas justas políticas nos demuestran que no todo fue fácil y armónico, debemos reconocer que el orden público se alteró en varios municipios donde sobresalieron problemas, como San Pelayo, Moñitos, San Antero, Chinú, San Andrés de Sotavento…En fin, generosas y variadas fueron las muestras de un ambiente perturbado, pues los enojos no siempre florecieron mesurados, sino acompañados de hechos violentos que por lógica desdibujan y enturbian los comicios como a las regiones.
La protesta más representativa la dan las autoridades del tema, pues no podemos seguir asistiendo impávidos, a un escenario fogoso y sordo cada vez que enfrentemos este tipo de actividades democráticas, porque hoy la única luz 0que vemos al final del túnel es la tecnología de punta que debe acompañar a la Registraduría y demás estamentos comprometidos en la organización y desarrollo de estos eventos, de lo contrario, a futuro estaremos expuestos al embrollo ciudadano de alto caldo. Los momentos vividos demuestran como la ciudadana recurre con más facilidad a la violencia ante dudas en este escenario político.
El anterior razonamiento sustenta ese estado de duda y desorientación que vive el país, pues de cada elección emergen los ganadores gratuitos reclamando triunfos y afloran grupos perdedores renuentes al resultado, pero nadie hace un reconocimiento del cúmulo de imprevistos, desde amenazas, chantajes, retos y provocaciones que acompañan los comicios; olvidamos aquellos actores armados presentes en varios puntos de la geografía patria, que siempre pretenden meterle la mano a la jornada democrática, así como los delincuentes -de todo pelambre- especialmente narcotraficantes que no cejan en su empeño de lograr cercanía con las futuras autoridades, buscando oportunidades de nuevos horizontes -muy complicado el escenarios-.
Es por todo lo anterior que es urgente implementar la tecnología para cerrar ese cúmulo de amenazas que persisten sobre nuestra democracia.
Lejos de nosotros hace un estudio del evento desde el punto de vista partidista, solo queremos hacer algunos reconocimientos tanto al gobierno porque no obstante las alteraciones del orden público, las elecciones se realizaron con acato a ley, y a la fuerza publica, que inveteradamente a cargado con la responsabilidad del éxito de este evento democrático tan importante para nuestra patria, mis reconocimientos a sus entregas y esfuerzos.