Atravesamos por una semana llena de paz y confraternidad, durante la cual se creyó que saldrían de vacaciones el odio, la envidia, el engaño, la mentira y la maldad. El Papa Francisco, quien nos pidió rezar por él, recorre Colombia con esperanzadores mensajes de reconciliación. El Pontífice ha destacado los pasos que estamos dando para amarnos, para extender nuestras manos y alcanzar el signo “de una paz estable y duradera que nos permita vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos”.
Desde luego que no todos hemos recibido a Francisco con alborozo y júbilo. Hay quienes tienen tristeza y desánimo. Han surgido Álvaros, Galats, Ordóñez y demás, que repudian la honorable visita y llegan a calificar de anticristo a Francisco. Son los mismos que no quisieron darle unos días de tregua a la envidia, la rabia y el odio. Han sido poseídos por la fobia a la paz y a la convivencia.
Coincide la visita de Francisco, con los buenos propósitos del ELN y del Clan del Golfo por sellar la fraternidad en Colombia. A cada párrafo o principio de acuerdo que contemplan las conversaciones con los líderes de esas organizaciones criminales, le inventan los más frenéticos peros. Nuestro Nobel de Paz y Presidente de Colombia con su equipo, buscan los mismos propósitos del Papa: “promover la reconciliación con el Señor y con los hermanos”.
Como siempre, el jefe del Centro Democrático, quiso “robar cámara” y figurar; aprovechar la visita de Santidad Francisco. Sacó su manida carta anticolombiana, cargada de agravios y descréditos sobre nuestro discurrir y nuestros logros. Esa misiva, debe tener a sus herederos vástagos rabiando, porque puede ocasionarles graves pérdidas a sus inexplicables inversiones por aquí y por allá, a lo largo y ancho de Colombia, “país inviable” según su padre. El expresidente tiene ya suficientes méritos para ganar el “premio lebon” del odio, la discordia, la envidia y el engaño. Mucho le convendría una bendición papal. Pero cuidado. Que no le vaya a dar por engarzarle un carriel de cuero de nutria, como trató de hacerlo con San Juan Pablo II.
Estamos pues con el más ilustre visitante que pueda tener el país. De un hombre amante y constructor de paz, de esa paz que hemos perseguido durante medio siglo. La iglesia Católica ha sido acompañante de nuestro proceso y seguirá en esa misma línea, con el firme aporte del Sumo Pontífice y Jefe del Estado Vaticano.
El Papa refiriéndose a un grupo de jóvenes rehabilitados les pidió no dejarse engañar, no dejarse robar la alegría y la esperanza.
Somos privilegiados porque Francisco nos vacunará contra la guerra y contra quienes pretenden mantenerla, y convertir nuestra patria en una vorágine, para su propio beneficio.
BLANCO: El avance de las conversaciones con el clan del golfo, que permitirá conocer quiénes se beneficiaron con sus acciones, quiénes se enriquecieron y quienes los apoyaron.
NEGRO: Uribe gano otro No: No reunirse con el Papa Francisco.
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