Se destapó del todo el Sr. Maduro, con todo su equipo, apoderados del vecino país so pretexto de defender la Revolución Bolivariana, que empobrece a su pueblo y enriquece a los gobernantes. Ya veinte años en el poder, en un principio con el voto popular de una gente hastiada de la corrupción de la clase dirigente de entonces, pero ahora, ante la falta de apoyo popular, entronizado suprimiendo y encarcelando a los opositores, manipulando el sistema electoral, terminando con la independencia judicial. De Presidente nada, de Dictador todo.
El Presidente de la Asamblea Nacional, órgano legislativo, alegando un vacío de poder legítimo, se autoproclama Presidente interino, con el fin de convocar a unas elecciones legitimas y libres, cuando el usurpador se retire. Recibe el reconocimiento de 70 países, del Grupo de Lima y comienza todo un proceso tendiente a deslegitimar la dictadura y ha propugnar por el regreso de la libertad y la democracia. En forma valerosa enfrenta al régimen, corriendo graves riesgos como lo demuestra lo que ha pasado con anteriores opositores en su país.
Lo que observamos el fin de semana con la llegada e intento de introducir las ayudas humanitarias es preocupante; Cúcuta, nuestra ciudad fronteriza se convirtió en un almacén de ayudas, un campo de refugiados y en un hospital de guerra; todo pareciera indicar que la lucha por no dejarse sacar del Sr. Maduro va a ser intestina y sin humanidad; no tuvo escrúpulos para atacar a la población civil ni para quemar las ayudas humanitarias.
Preocupa que Colombia se está convirtiendo en protagonista y epicentro del problema, mientras los demás países que conforman el Grupo de Lima se limitan a dar sus declaraciones de solidaridad y firmar protestas; nosotros estamos recibiendo los desertores y miles de personas que traspasan la frontera por falta de comida y medicinas. Ya nos han avisado del impacto que esto va tener en nuestras finanzas públicas, de por sí bastante deficitarias.
Pero más preocupados quedamos cuando escuchamos al vicepresidente de los Estados Unidos prometiendo defendernos si nos invaden, señalando que somos su aliado preferido y no tolerará ninguna agresión con Colombia como trasladándonos al escenario central del conflicto interno de Venezuela. La primera reacción es reprochar que se nos utilice como plataforma de lanzamiento de una guerra; pero reflexionando, la realidad es que de todos los países podemos ser el que mas vulnerabilidad tiene; tal como lo estamos observando con los problemas en la frontera.
Pareciera que la historia está volviendo a repetirse con lo vivido por la Cuba de los años 60; su régimen se enquistó, no lo pudieron sacar y continua, ahora incrustado en Venezuela. Nuestro Presidente ha asumido un liderazgo y merece todo nuestro apoyo; es ahora o nunca; si se pierde la oportunidad de este momento, los colombianos también lo tendremos que lamentar en el futuro. Nuestra propuesta no puede ser otra que democracia y libertad, utilizando todas las vías diplomáticas para el efecto, en todos los espacios internacionales que puedan moverse. La guerra es para bárbaros y sería el mejor pretexto de Maduro para perpetuarse en el poder.