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Gustavo Petro ha traicionado miserablemente al pueblo colombiano, sobre todo a los que absurdamente creyeron en él, y digo absurdamente porque para el pueblo, sus deficiencias como ser humano, como líder, como administrador eran tan claras e inequívocas que nunca entendí como podía alguien, más aún personas inteligentes y astutas como son la mayoría de los colombianos, podían creer en este nefasto personaje. ¿Acaso no conocían su trayectoria como narcoguerrillero, sus constantes mentiras, sus aberraciones, sus trampas, adicciones y manías enfermizas, su egomanía absoluta, su fracaso como alcalde de Bogotá, su incapacidad de rodearse de personas valiosas?
Hoy, después de todo lo ocurrido en estos dos años y siete meses de gobierno, o mejor dicho desgobierno, que más parecen siglos de catástrofes económicas y sociales consecuencia incuestionable de sus decisiones poco estudiadas y mal ejecutas, de discursos y mensajes estrambóticos cargados de incongruencias y frases trasnochadas, descompuestas, ampliamente ridículas y absurdas; después de los constantes escándalos de su familia, sus amigotes, nombrados por él en cargos importantísimos; después de sus escándalos diarios, de que Verónica Alcocer, su mujer, lo dejara y se fuera a vivir a Italia para no presenciar el derrumbe de lo que por años ella había construido, el pueblo se siente traicionado.
Hoy, después del más bochornoso espectáculo que hemos presenciado de cualquier gobernante colombiano, el ya famoso Consejo de Ministros del 05 de febrero 2025, trasmitido y retransmitido por todos los medios, hoy el pueblo colombiano ha comprendido que ha sido traicionado, que se metió en la boca del lobo que se lo está tragando, y ¡de qué manera! Hoy el país está en medio de una vorágine.
Colombia se derrumba en manos de un incapaz, un adicto a quien sabe que corrosivo vicio, de un personaje que no comanda respeto, mucho menos controla a los que él mismo designó como sus colaboradores, a quienes forman parte de su proyecto. En ese vergonzoso Consejo de Ministros presenciamos atónitos una zambra enfurecida, más parecían enemigos feroces que aliados. Francia Márquez con razón tiene derecho a quejarse por el maltrato recibido de la arribista número uno de este patético gobierno, increíblemente nuestra nueva canciller Laura Sarabia. Finalmente, Francia aportó a la elección de este gobierno más de ochocientos mil votos. Así que independiente de su incapacidad para desarrollar el fracasado y costoso Ministerio de la Igualdad, (que “teóricamente” desaparecerá al final de este catastrófico desgobierno), de su despilfarro constante en costosísimos viajes internacionales que poco o nada dejan al país, de su manía de viajar en helicóptero dizque por su seguridad, cuando no hay nadie en este país que realmente se sienta seguro. Aquí la vida no vale nada gracias al “despelote” y esa es la palabra perfecta para describir el total derrumbe de la seguridad en Colombia, así que, realmente todos deberíamos andar permanentemente en helicóptero del gobierno para sentirnos seguros.
Pues bien, felicito a quienes alzaron su voz en tan vergonzoso Consejo para denunciar la hecatombe que se vive dentro del gobierno del desgobierno, el aire malsano que hay entre ellos, el rechazo a los personajes podridos que Petro pretende imponer. Algunos de los allí presentes, mujeres y hombres respetables y con buenas intenciones, son, sin duda, los primeros traicionados.
Hoy todo el pueblo colombiano se siente traicionado.