Bob Dylan, el canta-autor que coloreó mi adolescencia con sus canciones protesta contra la guerra de Vietnam, el armamentismo, la guerra fría, la soledad de esa era; quien compuso, en la década de los 60 y 70, las canciones que coreábamos emocionados en las discotecas y que se oían como un himno en las manifestaciones hippies, entre el humo perfumado del cannabis y el de las rosas marchitas engarzadas al cabello de los jóvenes, ha sido declarado Nobel de literatura y formará ahora parte del establecimiento. ¡Increible!
Desde hacía años, medio en broma, medio en serio, este Nobel para Dylan venía ya discutiéndose como una absurda probabilidad. Ya en 2014, había sido profetizado por el español Roberto Olmos, en su novela Alabanza. Pero, realmente, pocos, muy pocos, llegaron a pensar que algo tan surreal se materializara. Sin embargo, hoy Dylan es el nuevo Nobel de Literatura, por: “la poesía contenida en la letra de sus canciones”, según ha aclarado la Academia Sueca. Esto debe ser duro de tragar para tantos escritores “tan tiesos y tan majos” que abundan en el ámbito literario.
¿Qué pensará él? ¿Se someterá al premio o será fiel a su antiguo rechazo al poder, a lo establecido? Quizá, sus 75 años lo hayan transformado y ya no sea aquel indomable rebelde, romántico hasta la medula, como sus canciones.
Quizá acepte el premio de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, con un discurso lleno de arabescos literarios, metáforas y agradecimientos grandilocuentes.
O, quizá, se presente con su guitarra y cante un poema contra la dinamita inventada por el fundador del premio, Alfred Nobel, la cual le sirvió para multiplicar su fortuna por millones. ¿Será capaz de volver a hablar duro y mostrar su famosa rebeldía?
Quisiera verlo en Estocolmo entonar, con la arrogancia de sus 20 años, ese himno que hizo vibrar a toda una generación: Masters of War (Los maestros de la guerra) 1963: You that build the big guns/You that build the death planes/You that build all the bombs/You that hide behind walls/You that hide behind desks/I just want you to know/I can see through your masks. ("Ustedes, que fabrican las grandes armas/Ustedes, que construyen los aviones de la muerte/Ustedes, que construyen todas las bombas/Ustedes, que se esconden tras los muros/Ustedes, que se esconden detrás de escritorios/Sólo quiero que sepan/Que puedo verlos a través de sus máscaras").
Para muchos, sobre todo los que no conocen sus canciones o los que no vivieron esos años de revolución cultural y liberación, sus poemas no tengan la importancia que les da la Academia. Pero yo pienso que esos versos tienen hoy la misma potencia y vigencia que tuvieron entonces. La protesta contra la guerra y las armas es hoy la misma. El amor y la soledad se sienten hoy igual.
Este premio dará mucho de qué hablar. A mí me parece maravilloso. La poesía y la música son una sola. Un verso es música en sí mismo. Es la vibración del corazón ante un hecho, una imagen. No son pocos los poetas que se expresan en el pentagrama. Es la perfecta exaltación de la palabra. Con este Nobel la Academia ha premiado poemas que impactaron e influenciaron a millones que aun repiten sus versos.