Por fin hay varios colombianos vacunados contra el covid-19. Ninguno, que se sepa, ha sentido molestia alguna. Ni siquiera los que son alérgicos a medicamentos.
No fueron largas sus esperas para recibir una inyección, muy barata (menos de US$25) e indolora. Fueron en avión a países lejanos o cercanos en planes turísticos que incluían la vacuna. Siguen con tapabocas y lavado de manos, por respeto a sus conciudadanos, que siguen a la espera de los frasquitos que el Gobierno dice haber “comprado” a Pfizer, Covax y AstraZeneca.
Son muchos los países que no se dejaron coger la noche para comprar las vacunas. Por ello se cuestiona el manejo que Duque y Ruiz le han dado a la pandemia, en las monsergas de las 6. Ellos sembraron grandes esperanzas al finalizar diciembre, cuando aún había credibilidad sobre su gestión. La gente se sentía segura, porque le anunciaron la compra de vacunas Pfizer para 5 millones de colombianos, que empezarían a aplicarse a finales de febrero. El Procurador Carrillo soportó todas las censuras y descalificaciones cuando dijo que todo era tardío. El Gobierno defendía ardorosamente el dudoso manejo a la pandemia, explicable ante la caída de las encuestas.
A partir de ese momento, entró al ring la fecha para iniciar la vacunación. Que si febrero, que si marzo… y ya vamos en abril.
Anuncian que hay neveras acondicionadas para el almacenamiento de vacunas y suficiente personal para aplicarlas. ¡Ya casi empezamos a suministrarlas! anuncia cada perorata el Gobierno.
Como existen dudas sobre la realidad de las adquisiciones, el costo, fechas de entrega y demás arandelas, varios parlamentarios y líderes de la comunidad, han pedido explicaciones, que arrancan cólera a la Casa de Nariño. La entidad dedicada a compras y adquisiciones en épocas de emergencia, fue hábilmente sustituida por un tal Fome, que el virtual congreso complaciente y acucioso, aceptó. Los gobiernos probos dan explicaciones y justificaciones sobre el manejo de las cosas, especialmente cuando hay dinero de por medio. Pueden existir confidencialidades, pero sobre estos asuntos, no.
Entre secreto y secreto, entre fecha y fecha, entre vacuna y vacuna, han pasado alrededor de 20 días desde cuando anunciaron las compras a los laboratorios. Se calcula que en ese tiempo, 6.000 compatriotas han muerto, 300 diariamente. ¿Cuántos más moriremos mientras llegan las vacunas?
Somos el país que peor tratamiento le ha dado a este tema. Los demás hace rato están salvando vidas. Entre tanto, ni escolares, ni universitarios, ni empleados han vuelto a sus labores, mientras la reactivación está paralizada, por la “vacuna escondida”.
Por fin una idea acertada: que la medicina prepagada y los municipios puedan vacunar, el Gobierno no puede hacerlo sin ese apoyo.
BLANCO: La suspensión de las redes sociales a la mentira, asonada y sedición.
NEGRO: Al columnista Donadío, se le fueron las luces. Acusó al expresidente Barco de exterminar la UP. Qué gran equivocación: Barco fue el último demócrata que defendió esta patria de la horda de asesinos paramilitares.