Venezuela, de la opulencia a la miseria | El Nuevo Siglo
Miércoles, 5 de Abril de 2017

Dos décadas atrás Venezuela marcaba la pauta del buen vivir en Suramérica. Las mejores autopistas, carros últimos modelo, estupendos restaurantes en Caracas. Sentíamos envidia por el metro, caminar por Chacao era una delicia, la seguridad era orgullo venezolano, ir a las islas Margarita era una experiencia inolvidable, los supermercados eran para derramar babas por su abundancia y variedad de alimentos, en fin el hermano país era ejemplo de progreso y buen vivir, por eso tantos colombianos emigraron para encontrar mejor vida.

La revolución bolivariana llevó a ese país a la más baja indignidad del ser humano, a buscar sus alimentos en las basuras. Cuadrillas de indigentes controlan los arrumes de desechos en las calles y cobran peaje por acceder a los desperdicios. La gente de clase media se ha visto obligada a sufrir esta ignominia por pura y física hambre, porque no hay alimentos en el mercado, no hay dinero ni posibilidades de supervivencia. Mientras esto sucede en las calles de Caracas, el presidente Maduro donó al Perú en su tragedia 100 mil cajas de alimentos llamadas CLAP, que contienen productos de la canasta familiar y alcanzan para casi un mes. Esta bien la acción humanitaria, pero ¿Regalo mi alimento mientras mis hijos se mueren de hambre? El presidente peruano Kuczynski los agradeció sorprendido.

¿Porque un país otrora ejemplo de abundancia y el buen vivir termina en la miseria? Se debe al socialismo del Siglo XXI, un invento de Chávez para apoderarse de la nación de mayor economía del continente, engañando a la gente, prodiga en subsidios, en mentiras y sofismas, en corrupción, al punto que la hija del propio Chávez, Gabriela, según los entendidos y los medios, posee una fortuna personal superior a la del multimillonario presidente norteamericano Donald Trump. Diosdado Cabello, militares, ministros, magistrados y funcionarios públicos son ahora los nuevos multimillonarios venezolanos a causa de robarse el dinero del país.

El triste ejemplo venezolano permea el sentimiento de los colombianos, que con preocupación creen que Colombia podría ser sujeta de una experiencia similar, dado que la corrupción en este país también es terrible, pero nunca tan desastrosa como en Venezuela. 

Quienes preocupan: el posible ascenso de las Farc en su inminente incursión política bajo ofertas demagógicas y compra de votos,  personajes como Petro, Robledo, Piedad Córdoba, Iván Cepeda y demás mamertos que copian el modelo cubano-venezolano con libretos preestablecidos. También preocupan r los verdes -aunque más moderados- que  van por la misma línea del socialismo demagógico. Colombia podría entrar por ese camino, pues el desgaste del establecimiento está como lo fue el de la Venezuela anterior a la caída en manos del socialismo chavista. 

arangodiego@hotmail.com