Continúa el análisis de Mujeres que Dicen Verdades. Seis grandes periodistas revelan cómo se hicieron a sí mismas (Semana Libros, Bogotá, 2016) por Alejandra de Vengoechea y se presenta a Juanita León y Silvia María Hoyos calificadas, en su orden, como La innovadora y La guerrera. León muestra trayectoria universitaria inicial similar a las de Patricia Lara y María Elvira Samper (no simpatiza con Ernesto Samper Pizano) respecto a graduarse en la Universidad de Los Andes ya no en Filosofía sino en Derecho pero, a la larga, coincide con las otras en el periodismo, inclusive se desempeña en USA.
León muestra tendencia creativa y ejecutiva al fundar La Silla Vacía (LSV) y Alejandra de Vengoechea la señala empeñada en la búsqueda de soluciones con ideas y fines realistas y no en sueños, por ejemplo, el poder se entiende al integrarlo, se obtiene información con los mandos medios, no pretende cambiar el mundo, estudió el apartheid en Sudáfrica, ayudó a esclarecer la relación entre paramilitares, ejército y políticos, no vincula comunicadores a LSV por carecer de sentido político, adversa a la “chiva” (se aplaude), la clase social es muy importante en Colombia (asociada a la posesión de medios de fortuna), la exclusión es más económica que de género, cree en la sanción social (relacionada por quien escribe a los medios de comunicación), es crítica de los medios e independiente en lo ideológico.
Silvia María Hoyos. Se la considera periodista estrella en lo peor del narcotráfico y muy conocida por su correspondencia con Pablo Emilio Escobar Gaviria y ser sobrina de Carlos Mauro Hoyos, ex Procurador General de la Nación, asesinado por orden de Escobar. Desencantada de las “chivas” (sentimiento generalizado en las periodistas citadas por de Vengoechea), trabaja con María Elvira Samper en QAP, hace documentales y películas, denominada La Verraca, instinto aventurero, le interesa lo que hay detrás de las noticias (enfoque compartido), lo femenino central en sus trabajos, interesada en el Chocó y masacre de Bojayá, le fascina la complejidad de los bandidos, crítica del periodismo: falla pedagógica, cercanía al escritorio, falta de contacto con la gente, ausencia de independencia y autosuficiencia, saber a quién no ha de criticar. Considera que el único responsable de su vida es uno mismo (olvida los chismes y las “chivas”).