PLANETARIO
La buena idea
En los intentos por resolver el conflicto estructural en Venezuela hay, esencialmente, dos tendencias.
Una, liderada por el expresidente español, Rodríguez Zapatero, en compañía del dominicano Fernández y el panameño Torrijos, organizados por Samper, desde Unasur.
La otra, aquella en que coinciden 30 expresidentes iberoamericanos que se congregan en torno a la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), el gobierno paraguayo y el propio Secretario General de la OEA, L. Almagro.
La primera, la "fórmula Unasur", es un capítulo más en el largo camino de dilación y connivencia mediante el cual diversos actores intermediarios le han permitido a Maduro mantenerse en el poder violando sistemáticamente los derechos humanos.
En concreto, semejante opción, a la que se suman todos los gobiernos que le deben favores al régimen chavista, procura que cualquier solución que se produzca solo surta efectos en el 2017 cuando una eventual "salida digna" del Jefe del Estado solo serviría para instalar en el poder al dócil Vicepresidente, encargado de completar el periodo.
La segunda, la "fórmula IDEA", se relaciona con los plazos y requisitos concretos formulados por Paraguay, la aplicación rigurosa de la Carta Democrática Interamericana y un seguimiento exhaustivo de compromisos específicos para que el régimen no siga violentando la democracia y eternizando un diálogo vacuo y baladí.
Por supuesto, el chavismo todavía cuenta con la pusilanimidad y lasitud de algunos gobiernos del vecindario que le dotan de cierta holgura diplomática, siempre a expensas de la población atormentada, de los presos políticos y de una oposición cada día más perseguida y ultrajada.
Pero la realidad ya no es tan simple. De hecho, el documento de IDEA, cuya consulta es imprescindible [ http://static1.squarespace.com/static/5526d0eee4b040480263ea62/t/574ddd0d22482e216079c24b/1464720659839/DECLARACIÓN+IDEA+RUPTURA+CONSTITUCIONAL.pdf ] resulta absolutamente esclarecedor al constatar no solo “la ruptura del orden constitucional y democrático” sino que el país “atraviesa la peor crisis económica, social y de gobernabilidad de su historia republicana”.
En otras palabras, más allá del paroxismo mediático en que se han producido los abrazos de Santos, Maduro y Timochenko en La Habana, ha llegado el momento de apoyar al pueblo venezolano en su lucha por la democracia, la libertad y la supervivencia.
Tal como lo hace IDEA en su documento, se trata, nada más ni nada menos, que de un “llamado urgente a los gobernantes de la región y a las organizaciones internacionales, para que den muestras de solidaridad activa con el pueblo venezolano, a fin de que supere sus graves padecimientos y restablezca las libertades democráticas”