VICENTE TORRIJOS R. | El Nuevo Siglo
Lunes, 9 de Abril de 2012

Pulso hemisférico

 

Entrevista concedida a una agencia internacional de noticias.

¿Cuáles son los temas que van a dominar la Cumbre de las Américas en Cartagena?

El tema menos trascendente será el de la conectividad, que es el formalmente establecido en la convocatoria. Como estaba planteada, la Cumbre era una simple colección de temas cómodos que a Colombia se le fue saliendo de las manos.

En realidad, fueron los países de la Alianza Bolivariana (ALBA) los que removieron ese libreto y empujaron al presidente Santos a plantear algo ciertamente sensible, como la legalización de las drogas.

Pero los países de la ALBA no van a conformarse con eso. Ellos tienen su propia agenda y con ella van a estremecer la Cumbre: acabar con el bloqueo y la exclusión de Cuba, apoyar a Argentina en las Malvinas, buscar la salida al mar para Bolivia, etc.

¿Qué impacto pueden tener en la Cumbre las elecciones en Estados Unidos?

El voto latino es cada vez más exigente pero se concentra en dos o tres temas principales: inmigración, seguridad y Cuba.

En las tres materias, el gobierno Obama ha sido ambiguo y titubeante. Por supuesto, él tratará de salir victorioso de la Cumbre mediante una estrategia de apertura al diálogo, aunque sin comprometerse en nada. Pero eso lo debilitará aún más.

Como si fuera poco, estará sometido a un aluvión de críticas procedentes de los países de la ALBA que ya decidieron dejar atrás el lenguaje moderado y ahora son abiertamente beligerantes. Lo que quieren es aislar a Obama y dejarlo sin respuestas.

¿Cree usted que la Cumbre realmente avanzará en los temas de Cuba y la legalización de las drogas?

El presidente Santos dirá una y otra vez que “el solo hecho de tratar esos dos temas ya es un avance muy significativo”. Pero, en realidad, ese es el reflejo de un gran desgaste diplomático.

Yo he dicho que la diplomacia colombiana es una “diplomacia bomberil”, que corre a apagar incendios en cada esquina pero sin un verdadero proyecto estratégico. Se basa en una idea muy vaga de consenso, equilibrio y corresponsabilidad.

Pero los países de la ALBA, que sí tienen un proyecto estratégico -el de refundar el sistema interamericano y controlar todas sus agendas-, están presionando a fondo a Santos para que tome partido con ellos a cambio de darle apoyo en esa gran ilusión que él tiene de entrar en diálogos y negociaciones con las Farc.

Y eso, más que una ilusión, es una trampa que le están tendiendo los terroristas y sus promotores en el continente.