El 11 de marzo es el preámbulo de lo que podría ser la elección presidencial. También se define el Congreso nacional marcando la ruta del futuro político para los próximos 4 años. Colombia va a decidir entre la derecha y la izquierda, una derecha democrática aunque afectada en parte por la corrupción, nepotismo, clientelismo y otros vicios de la politiquería que tanto han perjudicado a la democracia.
Pero de otro lado la izquierda es peor, no hablo de la izquierda socialdemócrata, aquella que junto con la Democracia Cristina fueron artífices de la reconstrucción europea de la posguerra e influyó en el desarrollo político latinoamericano, esa izquierda representada por personajes como Olof Palme, Willy Brandt, Jhon Kennet Galbraith y en Latinoamérica Rómulo Betancur, Carlos Andrés Pérez de Venezuela; de Ecuador Rodrigo Borja, en Chile Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardozo en Brasil, varios en Centro América y muchos mas, que aunque yo personalmente no comparto sus ideales por ser un democristiano, reconozco que fueron democráticos y en muchos aspectos contribuyeron al desarrollo de sus naciones.
Pero esa izquierda populista y corrupta como la de Chávez y Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y con la que sueña Petro, es el reto para que los colombianos taponemos esa amenaza. Esa es la razón por la cual quienes somos y defendemos la derecha democrática, tenemos la responsabilidad política de salir a votar por el congreso: senado y cámara donde hay varios partidos como el Conservador, el Centro Democrático, Cambio Radical, Mira, Libres, Opción Ciudadana entre otros. En estas listas existen muchos nombres de candidatos y candidatas con excelente hoja de vida y compromiso con el país, personas reconocidas y defensoras de la vida, del matrimonio heterosexual, de los valores y de la patria.
Ahora, para la consulta presidencial tenemos tres excelentes candidatos que representan los valores democráticos, cristianos y civiles: Alejandro Ordóñez hombre serio, probo, honesto y valiente; Marta Lucia Ramírez mujer experimentada, honrada, coherente y quien tiene el país en su cabeza; Iván Duque un joven brillante, moderno, comprometido y decidido a sacar al país adelante. Cualquiera de los tres es una bendición para Colombia, no solamente para el freno de la amenaza del socialismo del siglo XXI encarnada en Gustavo Petro y aupada por las Farc ante su derrota política y como estrategia orientada por Cuba y Venezuela que tienen su mira puesta en Colombia.
Es nuestra obligación de patria, si queremos preservar la democracia y libertad de salir a votar, no podemos quedarnos en abstinencia y menos votar en blanco, esto sería un gran error que favorece a la izquierda, hay que votar por partido y candidatos reales, así lo voy a hacer yo como ciudadano responsable del presente y futuro de nuestro país. (Recuerde que debe solicitar en la mesa de votación el tarjetón de la consulta)