Vox populi | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Noviembre de 2020

Hay un partido político nuevo en España, llamado VOX, que ya tiene 52 congresistas y se ha convertido en la tercera fuerza nacional en intención de voto.
Se trata de un fenómeno interesante porque los dos grandes partidos dominantes, el conservador (Partido Popular) y el Socialista, han visto cómo se fracciona el voto, enriqueciendo así la democracia parlamentaria.
Para ser prácticos, ahora puede hablarse en el Reino de un partido de centro: Ciudadanos; de la centro-izquierda: el Socialista; la centro-derecha: el Partido Popular; la izquierda: Unidas Podemos - UP; y la derecha, encarnada en VOX.
Por supuesto, muchos analistas se apasionan llamándoles partidos de “ultra” y “extrema” a UP o VOX, cuando, en realidad, son expresiones ideológicas que guardan las formalidades y representan a sectores de la población de modo legítimo, respetando la Constitución y el orden legal.
Aunque no siempre  hay que reconocerlo.  Por eso resulta interesante que VOX haya promovido hace pocos días la quinta moción de censura de la vida democrática española y en el debate haya puesto de relieve las conductas, esas sí extremistas, del independentismo soberanista y antimonáquico.
Pero no solo eso.  Lo más interesante de la moción fue la disección que su dirigente, Santiago Abascal, hizo de la composición misma del actual gobierno socialista, revelando que, para sostenerse en el poder, ha tenido que acunar a toda suerte de promotores de los ideales de ETA, del chavismo, el separatismo ... y las Farc.
En concreto, Abascal ha sacado a flote que en esa coalición tan desesperada hay dos figuras íntimamente relacionadas entre sí.
Por una parte, el actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, líder de la UP y excolaborador de Hugo Chávez.
Y por otra, el Secretario General del Partido Comunista, Enrique Santiago, abogado de Iván Márquez, Santrich y Timochenko en La Habana.
Por eso, el punto más interesante del debate fue ese en que VOX se centró en el dirigente comunista señalando su rol como auxiliador "de los intereses de las Farc, es decir, de los traficantes, de los secuestradores y de los violadores de menores en Colombia".
Adicionalmente, VOX destacó el papel del Secretario General como defensor de la "guerrilla comunista cuya principal actividad es el tráfico de cocaína", una agrupación que “obedece al Foro de Sao Paulo" y que hoy se guía por el “grupo de Puebla", al que, a su juicio, debería llamarse, más bien, "cartel de Puebla" porque son una "auténtica mafia internacional".
En definitiva, el discurso de VOX debe estudiarse atentamente porque vincula la realidad latinoamericana a la política europea y porque ha prometido seguir denunciando tan delicadas cuestiones por doquier.
Denuncias que dejan ver como el gobierno español bien podría explorar otras posibilidades para conservar el poder prescindiendo de las corrientes radicales y fanáticas que, en el fondo, justifican y rinden culto a la violencia.

* Profesor de la Escuela Superior de Guerra.  

vicentetorrijos.com