Combates en Burundi tras el intento de golpe de Estado | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Mayo de 2015

Violentos enfrentamientos entre tropas rivales de Burundi estallaron este jueves en la capital, Buyumbura, un día después de que un general lanzara un intento de golpe de Estado contra el presidente de este país, Pierre Nkurunziza, con un saldo de al menos tres muertos. 

 

A primera hora de la tarde, las tropas del general golpista Godefroid  Niyombare, exjefe de los servicios de Inteligencia, lanzaron un nuevo ataque para tomar el edificio de la radio televisión nacional (RTNB), protegido por soldados leales al presidente que lograron mantener el control de este edificio emblemático.

Al menos tres militares murieron en estos enfrentamientos, constató un periodista de la AFP que vio los cadáveres a aproximadamente un kilómetro de la sede de la radio, aunque no pudo precisar a cuál de los bandos pertenecían.

Es la primera vez que se registran muertos desde el comienzo del intento de golpe de Estado, el miércoles.

Nkurunziza estaba en la vecina Tanzania cuando se dio a conocer el intento de golpe y permanece allí en una ubicación secreta de Dar es Salaam, indicaron oficiales tanzanos. 

El director de la radio, Freddy Nzeyimana, dijo por la tarde que la emisora volvía a funcionar, tras haber dejado de emitir horas antes.

La sede de la RTNB había sido atacada también a primera hora de la mañana después de que el jefe de las fuerzas armadas de Burundi utilizara la radio para anunciar que el golpe lanzado por Nyombare había fracasado.

Después, Nzeyimana anunció por las ondas el fracaso de estas ofensivas, asegurando que la situación estaba "controlada", y "los soldados leales son quienes controlan la RTNB".

La radio difundió un mensaje telefónico de Nkurunziza desde Tanzania, casi inaudible pero en el que se reconocía la voz del jefe de Estado.

Partidarios del presidente asaltaron, por su parte, a otros medios de comunicación independientes, como la Radio Pública África, que difundían mensajes de los golpistas.

 

El intento de golpe tuvo lugar tras semanas de protestas contra la intención del presidente de conquistar un tercer mandato, una medida inconstitucional, según la oposición, ya que Nkurunziza ha sido presidente durante dos legislaturas, desde 2005.

 

- La ONU pide calma -

 

Mientras tanto, Nkurunziza sigue en Tanzania, donde estaba cuando se anunció el intento de golpe de Estado. Trató de regresar a Burundi, pero se quedó bloqueado en el país vecino, después de que sus oponentes se hicieran con el control del aeropuerto y ordenaran el cierre de las fronteras.

 

Un corresponsal de AFP confirmó que el aeropuerto de la capital burundesa estaba en manos de las fuerzas golpistas.

"Está en Dar es Salaam, no podemos decir dónde", confirmó a AFP un oficial de seguridad del presidente de Tanzania. 

Estados Unidos indicó que NKurunziza es el presidente "legítimo" de Burundi, e invitó a los burundeses a "deponer las armas, poner fin a la violencia y dar muestras de moderación", mientras que la Unión Europea advirtió que era "esencial que la situación no quede fuera de control". 

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado urgente a la calma, mientras que el Consejo de Seguridad informó que mantendría una reunión de emergencia el jueves.

Este jueves, el Consejo de paz y seguridad de la Unión Africana (UA) condenó la utilización de la "fuerza" para tomar el poder y anunció el envío al país "de observadores de los derechos humanos". 

Al anunciar el golpe de Estado, Nyombare señaló que él no pretendía tomar el poder, sino formar un "comité para la restauración de la armonía nacional" y trabajar para la "reanudación del proceso electoral en un ambiente pacífico y justo". 

Nyombare, una figura muy respetada, fue destituido en febrero después de haber desaconsejado a Nkurunziza que se presentara nuevamente a las elecciones presidenciales.

 

Desde finales de abril, cuando arrancaron las protestas, más de 22 personas han muerto.

Más de 50.000 burundeses han huido a países vecinos en las últimas semanas y Naciones Unidas se prepara para la llegada de miles de refugiados más.