por Patricio ARANA y Pol COSTA
La falta de confianza dificulta las negociaciones con el gobierno griego, afirmaron este sábado varios ministros de Finanzas de la zona euro, reunidos de urgencia en Bruselas para decidir si otorgan un nuevo rescate financiero a Grecia y evitan así su salida del euro.
Las discusiones "están bloqueadas por la falta de confianza", afirmó a la AFP una fuente, tras casi tres horas de reunión.
Los ministros de Finanzas de la zona euro están analizando las propuestas de reforma presentadas por Atenas a cambio de un tercer plan de rescate, que el gobierno solicitó esta semana.
La reunión de este sábado, que estará seguida el domingo por una cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 28 miembros de la Unión Europea (UE), está considerada como la "última oportunidad" para evitar la salida de Grecia de la zona euro.
Según un documento filtrado a la prensa, el gobierno alemán baraja la hipótesis de un 'Grexit' temporal de cinco años si el país no mejora sus propuestas.
"Hay un grave problema de confianza. ¿Podemos confiar en el gobierno griego para que haga lo que ha prometido en las próximas semanas, meses y años?", se preguntó Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas holandés, a su llegada a la cumbre.
Su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, el principal partidario de la línea dura con Atenas, auguró negociaciones "extremadamente difíciles" y dijo que las propuestas de Atenas "están lejos de ser suficientes".
"Este paquete [de medidas presentado por Grecia sería apropiado para completar el segundo programa [de rescate que expiró el 30 de junio]. Pero me temo que no es suficiente para un tercer programa", estimó por su parte el ministro eslovaco, Peter Kazimir.
Varios participantes han llegado a proponer que el parlamento griego apruebe en los próximos días algunas de las reformas anunciadas, como muestra de "seriedad", indicaron fuentes europeas.
Para Grecia no será fácil vencer las resistencias de algunos Estados europeos, en particular Alemania y los países bálticos, que no ven razones para aprobar un tercer rescate de tres años "con las condiciones para uno de cinco meses", señaló una fuente.
- Otro plan millonario -
El viernes, las instituciones acreedoras --la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional-- acogieron favorablemente la nueva oferta de Atenas, que incluye recortes de pensiones, aumentos del IVA, privatizaciones y nuevos impuestos para las empresas.
A cambio, Atenas pide un tercer rescate, que las instituciones estimaron entre 74.000 y 82.000 millones de euros. Atenas ya se benefició en 2010 y 2012 de dos rescates financieros por un total de unos 240.000 millones de euros.
A la espera de que se apruebe, el Eurogrupo podría estudiar una solución transitoria para que Grecia pueda pagar sus vencimientos de este mes, en particular con el BCE el 20 de julio.
Las reformas del gobierno griego son impopulares y muy similares a las que exigían los acreedores de Grecia hace unas semanas antes de que expirara, el 30 de junio, el segundo rescate al país.
Pero el 61% de los electores griegos rechazó esa propuesta en un referéndum el domingo pasado.
Tsipras obtuvo este sábado de madrugada el aval del Parlamento a su paquete de reformas con 251 votos a favor de un total de 300 diputados. Varios diputados de Syriza, su partido, se abstuvieron en la votación, lo que según los observadores podría augurar cambios en la coalición gubernamental.
- La deuda, tema pendiente -
"El clima para los griegos en la reunión no es fácil" y tras tres horas los ministros no habían hablado todavía de la deuda, dijo una fuente cercana a las discusiones.
Tsipras confía en que un acuerdo con sus acreedores ponga de nuevo sobre la mesa la cuestión de la quita o como mínimo, de la reestructuración de la gigantesca deuda del país, que alcanza 180% del PIB, unos 320.000 millones de euros.
La cuestión divide a los europeos a pesar del apoyo del FMI.
En las calles de Grecia, la situación no era diferente este sábado a la que se repite desde hace casi dos semanas, cuando se impuso el corralito para evitar la huida de capitales y que entre otras medidas limita a 60 euros diarios el dinero que se puede retirar en los cajeros/AFP.