“Barbara”, el destierro del alma | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Abril de 2013

Alemania dividida por un muro que más que una separación de nación se convertía en la prisión de muchos y en el escape de otros. Al Este del país europeo llega una mujer que no quiere levantar sospechas y que escribe su nombre sin  tilde para no llamar la atención, Barbara.

La película, ganadora del oso de plata, se sitúa en 1980 en un pequeño pueblo en la parte oriental del país; es allí donde se encuentra Barbara, una mujer que pagó su condena en Occidente y fue trasladada al otro lado para que trabajara en un hospital. Para ella es una tortura, pues las inspecciones de los guardas y el bajo perfil que debe manejar para no llamar la atención se convierte en el pan de cada día hasta que se adapta a la rutina y se mete de cabeza en su profesión de médico.

Ese despliegue refinadamente pormenorizado de detalles de tiempo y lugar es el que permite conectarse con la protagonista, ir comprendiendo lo que se oculta. En esos silencios e intereses, trabajados por Nina Hoss con una economía gestual extraordinaria, la férrea concentración de Barbara irá resquebrajándose, como suele ocurrir con las frágiles y apasionadas criaturas de Petzold.

Sin embargo, la tensión del film no solo se encuentra en el régimen sino en los “demonios” a los que se debe enfrentar desde su profesión esta mujer a diario, pues  una chica embarazada en campos de prisioneros y el caso de un chico que intentó suicidarse, se convertirán en temas importantes dentro de la trama. Esto, sumado a los conflictos de la propia Barbara que no sabe si quedarse con su novio, que le promete la libertad, o el médico que la va a ayudar a perfeccionarse en su profesión hacen de este film uno de los más interesantes de los últimos tiempos en Alemania.

Con un dominio admirable de la mejor tradición narrativa clásica y al mismo tiempo recuperando las marcas y tópicos de los films “de médicos” del cine alemán de los 50’s y 60’s, Christian Petzold, director de la cinta, construye un relato que siempre hace partícipe al espectador en esta opción de cambio de su personaje, como si se tratara de una variación de su anterior.

Petzold es uno de los principales directores del nuevo cine alemán. La Asociación de Críticos de Cine Alemán le ha otorgado dos veces el Premio a Mejor Película. En dos ocasiones obtuvo también los Premios a Mejor Director del Cine Alemán por las películas “Wolfsburg” y “The estate I am in”, este último también ganó el premio a Mejor Guion en Tesalónica (Grecia) y el Gran Premio en Valenciennes (Francia). También ha sido aclamado por el programa de televisión “Remind me”, y realizó las películas “Die Beischlafdiebin” (1998) y “Cuba Libre” (1995). 2008, “Yella” 2007, “Fantasmas de 2005”, “Wolfsburg” 2003, “Algo qué recordar” 2002, “En el Estado estoy” 2001 y “Cuba Libre” 1995. También ha realizado videoclips para Metallica y Blur. Fue galardonado con el Premio al Logro del Cine Mundial de los Premios del Cine Europeo 2008 por su papel como miembro fundador del movimiento Dogma en 1995.