Barrio Malevo: un homenaje teatral al Rey Tango | El Nuevo Siglo
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Martes, 30 de Julio de 2019

LA música y el baile son el punto de partida de Barrio Malevo, un cabaret teatral que le rendirá homenaje al tanguero, Carlos Gardel, con un show nostálgico y fiestero que hará parte de la celebración de una década de trabajo artístico en las tablas del teatro Factoría L’explose.

La obra es la nueva creación de la Compañía Quinta Picota en tributo a las canciones de Gardel que han tejido la vida de muchos que llegan al lugar para compartir, olvidar y volver a recordar. Barrio Malevo, el tributo al grande del tango, se presentará en la taberna de Rómulo desde este jueves hasta el 31 de agosto en las salas de la Factoría L’explose.  

Malevo es un estilo de baile, una forma de vivir e interpretar el tango, descubierto y desarrollado por Carlos Ramírez, en este caso, también protagonista y coreógrafo de la pieza. Definir a los malevos es un tanto impreciso, porque su estilo de vida, su sentir, sus costumbres y códigos eran compartidos por muchos. De herencia sentimental y fiel a sus costumbres, para ellos la vida y al amor, eran como un juego en el que hay que jugarse el todo por el todo.

El tango, esa tradición argentina, que más que música y baile, es un estilo de vida, una pasión, reúne a un destacado grupo de artistas y creadores en un solo escenario. Inspirada en la vida e historias del bailarín de tango Carlos Ramírez, la Compañía Quinta Picota, bajo la dirección de Iván Carvajal, inician una exploración creativa junto a la dramaturga Verónica Ochoa y los actores, Angélica Martín, Andrés Estrada, Natalia Ramírez, Alexis Rojas, Diana Alfonso, Tomás Jaramillo, Héctor García y Julián Mora. 

Con el diseño sonoro de Andrés Benavides y la producción de vestuario de Gloria Garcia y Lina Cantillo, crean una pieza que se mueve entre lo real y lo ficticio, un universo que tiene toques de ensueño, de recuerdos e imaginación, enmarcado en un ambiente de taberna típica colombiana.

Carlos, un tanguero de malevo estilo, regresa a su barrio de juventud y allí, entre mesas vacías y copas secas, recuerda viejos conocidos, algunos idos, otros muertos, con sus penas, sus amores, sus temores y sus voces enardecidas que arrojan los himnos de sus vidas. Su memoria se hace cómplice de la pluma de una dramaturga que escribe lo que ve… o ve lo que escribe. Copa tras copa, el encuentro se hace fiesta y la fiesta, una verbena arrabalera que se enardece aún más por ser hoy el aniversario de la muerte de Gardel, ídolo y ejemplo de todos los presentes. Las discusiones ebrias y pasionales hacen homenaje a un país herido y a la defensiva, en tiempos de sectarismo, explosiones y miedo... Esta es una taberna para festejar las rabias con tango, trago y baile, a riesgo de quedarse eternamente en este barrio de malevos, problemático y febril.

Conocido como El Mudo, El Morocho del Abasto, El Rey del Tango, Carlitos, Carlos Gardel llegó a posicionarse como el máximo exponente del tango. El compositor, cantante pero también actor de cine logró más de 900 grabaciones de milongas, rancheras y más estilos musicales que le dieron un reconocimiento mundial.