Carmen: la ópera que Bizet no disfrutó | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Noviembre de 2012

La celebración de los 15 años del Festival ópera al parque continúa por todo lo alto. La Orquesta Filarmónica de Bogotá, bajo la batuta del director invitado, el italiano Marcelo Panni, interpretará arias, duetos, y fragmentos orquestales de Carmen, de Bizet.

Así mismo, los solistas invitados para esta versión serán Julie Ann Nesrallah, Mezzosoprano en el papel protagónico de Carmen; Claudia Guarín, Soprano en el papel de Micaela; César Gutiérrez, Tenor en el papel de Don José y Valeriano Lanchas, Bajo barítono en el papel de Escamillo. Se realizarán dos conciertos hoy a las 4:00 p.m., en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional, y mañana a las 2:00 p.m., en la Plaza cultural La Santamaría.

Marcelo Panni, es el director invitado. Es un reconocido compositor italiano, director de la Orquesta Romana desde finales de los años 70, además de invitado regular de los principales teatros internacionales como la Ópera de París, el Metropolitan de Nueva York, Bolshoj de Moscú, la Staatsoper de Viena, la Deutsche Oper, Covent Garden, y el Liceo de Barcelona. En 1994 fue nombrado director artístico de la Orquesta Tardes Musicales de Milán y director musical de la Ópera de Bonn.

En 1997, fue nombrado director musical de la Ópera y Orquesta Filarmónica de Niza. De 1999 a 2004, se desempeñó como director artístico de la Academia Filarmónica Romana. Desde el año 2000 es asesor artístico en el Teatro San Carlo de Nápoles y actualmente, es director artístico y director de la Orquesta Sinfónica de Tito Schipa de Lecce.

Panni tendrá la batuta este fin de semana en el parque con la obra de Georges Bizet, la cual se estrenó por primera vez en  1875 en el Teatro de la Ópera Cómica de París. Con esta se inició un nuevo mo­vimiento musical destinado a recuperar la personalidad de la ópera francesa, la cual había sido sacrificada ante la frivolidad de la opereta representada en las en­tretenidas obras de Meyerbeer y Offenbach.

Con Carmen, se escribió un manifiesto de gran realismo y sensualidad atrevida. No fueron sólo las tonadas de sabor ibérico que marcaron el éxito de esta ópera, sino el impacto dramático de su temática lo que contribuyó enormemente a su privilegiada posición entre el público.

Es una obra con un lenguaje musical directo y claro que ignoró las estructuras continuas de Wagner y retomó la organización tradicional a través de arias y escenas de conjunto. El final trágico señaló los caminos del verismo que se impondría en los libretos de ópera de los últimos años del siglo XIX. Ellie Anne Duque, musicóloga.