Por Rubén Darío Escobar
Especial para EL NUEVO SIGLO
“Me verás volar por la ciudad de la furia/ donde nadie sabe de mí y yo soy parte de todos”
Las últimas horas felices de Gustavo Cerati las vivió en el barrio La Candelaria de Bogotá, tras llegar de su presentación en Medellín la noche del 9 de mayo. Allí compartió con amigos argentinos y colombianos, entre los que se encontraban el actor Nicolás Montero, los empresarios Julio Correal y Alfredo Villaveces y la actriz Marcela Mar, entre otros.
Eso sucedió entre el 10 y el 13 de mayo de 2010, fechas en las cuales el artista fallecido esta semana estuvo en esta ciudad presentando su gira Fuerza natural, con la que promovía su último disco titulado de la misma forma y que el 14 del mismo mes lo llevaría a Caracas, en donde el 15, luego de un concierto, sufriría un accidente cardiovascular que lo pondría en coma, por más de cuatro años, hasta su muerte el jueves pasado.
Esas últimas horas en la capital del país las tiene muy presentes Juan Carlos Cortés, experto en logística y seguridad y quien trabajara para el artista argentino en esa última visita al país, escala previa a la de Venezuela.
“Estuve con Gustavo los últimos tres días que estuvo consciente en su vida durante su visita a Bogotá, yo fui el encargado de manejar toda la seguridad y logística de su visita. Él se hospedó en el Radisson, pero realmente fue muy poco lo que alcanzó a estar en el hotel. Estuvo casi todo el tiempo entre su concierto de El Campín y una casa del barrio La Candelaria de un paisano de él, en donde hubo dos fiestas de las que salió en las horas de la mañana para ir a su hotel, dormir un poco y cambiarse para el concierto”, dice Cortés.
“Siempre lo vi alegre. Gustavo era un tipo muy amable con los fans, no exigió nada en el protocolo de seguridad que le permitiera estar alejado del público. Por el contrario, siempre estaba dispuesto a tomarse fotos, firmar autógrafos y estar cerca de la gente”, comenta Juan Carlos, quien agrega que la actividad del icónico rockero argentino en la capital del país estuvo centrada en esa casa del centro histórico de Bogotá, aunque también visitó un restaurante italiano, el único al que asistió en la ciudad en esta última visita.
Pese a que Gustavo por esos días estrenaba novia, la modelo argentina Chloé Bello, a quien hacía pocos días había conocido, no fue posible que ella llegara a Medellín o a Bogotá, por razones de trabajo.
Al final Cerati siempre se caracterizó por ser una de las figuras mejor acompañadas de la farándula latinoamericana, lo que no impidió que tuviera otros amores que él mismo definía como “los más poderosos”.
Sus amores
Marcó su vida Cecilia Amenábar, con quien se casó en 1992 y tuvo a sus dos hijos: Benito y Lisa. Precisamente una de las obras de Cerati que refleja el amor de la pareja fue su primer disco solista, “Amor amarillo”, que editó en 1993. La presencia de Amenábar se destacaba en todo momento, sobre todo en la composición de los temas. Además, la exmodelo prestó su voz en la canción “Te llevo para que me lleves”, tema en el que también aparece en el videoclip.
En 2002 se separa de Cecilia y enseguida se relacionó con la modelo Deborah de Corral, que había sido novia de su compañero de Soda Stereo, Charly Alberti. Ese año, Cerati lanzó su tercer disco solista, "Siempre es hoy", y en algunos shows de la gira la modelo llegó a hacer coros. Estuvieron juntos hasta julio de 2005.
Vendría luego Chloé Bello, modelo profesional y 25 años menor que el cantante argentino. La pareja se conoció en el 2009 y luego de una corta amistad iniciaron un noviazgo que se truncó al poco tiempo por el accidente cerebro-vascular del artista en Caracas. Incluso, familiares y amigos del recién fallecido artista en reiteradas ocasiones la han acusado de ser una de las presuntas causantes del coma que por cuatro años tuvo a Cerati postrado en una cama e inconsciente.
“Estoy sentado en un cráter desierto /sigo aguardando el temblor, en mi cuerpo/ nadie me vio partir, lo sé nadie me espera”
En esa última gira fatal Cerati llegó a Caracas el viernes 14 de mayo de 2010 procedente de Bogotá, luego de hacer la gira por varios países para brindar a sus fanáticos lo que sería su última presentación.
Tras arribar a la capital venezolana, según algunos medios de prensa, el cantante calentó motores en varios lugares nocturnos para luego hacer su primera presentación.
Según el periodista de Clarín Richard Coleman, fue “una velada húmeda y relativamente fresca en la Universidad Simón Bolívar, en la cual la audiencia se encontró a un Gustavo Cerati especialmente simpático y elocuente, lo suficientemente animado para ofrecerle al público, por ejemplo, una versión de A merced nunca antes tocada en vivo”.
Pero apenas un día después, el sábado, el músico argentino colapsaba minutos después de bajar del escenario.
“Estamos al borde de la cornisa casi a punto de caer, no sientes miedo, sigues sonriendo”
Gustavo Adrián Cerati Clark, como el tango, nació en Barracas, mítico barrio de Buenos Aires, la ciudad en donde compuso la mayor parte de sus canciones. Tras hacer sus primeros pinitos en la música con grupos de compañeros de secundaria, el destino lo puso junto a Héctor “Zeta” Bosio, en la Universidad del Salvador, en Punta del Este, Uruguay, con quien funda varios grupos: The Morgan, Stress, Proyecto Erekto; también junto a Andrés Calamaro, antes de formar Soda Stereo, cuando conocen a Charly Alberti, que sería el baterista de la mítica banda y con quien iniciarían la aventura que por muchos años los tendría en la cima del rock en español.
Luego de haber pasado por una época de toques en bares y mientras Argentina se debatía entre distintas crisis políticas y económicas, producto de su recién inaugurada democracia, Cerati y Soda lanzan sus primeros trabajos: “Soda Stereo” y “Nada Personal”, con los que abrirían la puerta a los sucesivos hits discográficos que por varios años marcaron la pauta musical del grupo en la región.
Como la voz líder de Soda Stereo, Cerati grabó siete discos de estudio: “Soda Stereo” (1984), “Nada personal” (1985), “Signos” (1986), “Doble vida” (1988), “Canción animal” (1990), “Dynamo” (1992), “Sueño Stereo” (1995).
Para nadie es un secreto que con la aparición en Latinoamérica de Soda Stereo, el hasta entonces desconocido rock en español surgió de las cenizas y se entronizó en la escena musical del continente, desde Argentina hasta México e incluso en Los Ángeles (EU) esta tendencia musical se abrió paso e influenció a cientos de miles de jóvenes que tatareaban las canciones de Cerati. La banda inspiró a muchos a formar grupos rockeros en México, Colombia, Chile y en la propia Argentina, en donde músicos tan prestigiosos como Charly García sucumbieron al encanto de los Soda y se unieron en diversas ocasiones al propio Cerati para canciones y conciertos.
Durante su trayectoria activa, el grupo vendió más de 17 millones de copias sólo en Latinoamérica, cifra que siguió aumentando luego de su separación. Cuatro de sus álbumes han sido incluidos en la lista de los 250 mejores de todos los tiempos del rock iberoamericano o latino: “Canción animal”, “Confort”, “Música para volar”, “Signos y Sueño Stereo”.
Además, la edición en inglés de Rolling Stone consideró a Sueño Stereo como el cuarto mejor álbum de la historia del rock latino; su canción “De música ligera” ha sido considerada la segunda mejor del rock hispanoamericano y la cuarta de todos los tiempos, tanto del rock latino como del rock argentino en particular.
Los videos de “En la ciudad de la furia” y “Ella usó mi cabeza como un revólver” fueron finalista y ganador, respectivamente, del entonces único premio MTV a la música latina. El video "Cuando pase el temblor" fue nominado finalista del 12° World Festival of Video and TV en Acapulco. En 2002 recibieron el Premio Leyenda de MTV Latinoamérica por su trayectoria musical, el primero que entregó la entidad. En sus catorce años de existencia continuada realizaron 1.488 recitales en 97 ciudades de 18 países de América y Europa.
“No hay un modo /No hay un punto exacto /Te doy todo
y siempre guardo algo”
Tras romperse el sueño “stereo”, Cerati incursiona nuevamente en el mundo de la música con su proyecto personal que ya venía trabajando desde mucho antes de acabarse la banda, luego de “Dynamo” (1992) y antes del renombrado “Sueño Stereo” (1995), presentó “Amor Amarillo” (con participación directa de Zeta Bosio también en la producción): con canciones como “Lisa”, “Te llevo para que me lleves” (aquí participó su hijo Benito o, mejor dicho, las pulsaciones de su corazón ya que todavía estaba en el vientre materno), “Amor amarillo” y el cover de Luis Alberto Spinetta, “Bajan”.
Apenas dos años después del último concierto de Soda Stereo, presentó “Bocanada” (1999), luego apareció “Siempre es hoy” (2002), “Ahí vamos” (2006) y “Fuerza natural” (2009), que paradójicamente fue el último de su carrera.
“No le enviaré cenizas de rosas/ni pienso evitar un roce secreto/De aquel amor de música ligera nada nos libra /nada más queda”
La última imagen que tiene Juan Carlos de Gustavo Cerati, es la del artista caminando sonriendo hacia la sala de embarque internacional del Aeropuerto ElDorado de Bogotá, en donde lo dejó para tomar su vuelo a Caracas, para cumplir con dos conciertos.
“Yo lo vi, como siempre estaba sonriendo y caminaba entre la gente hacia la sala de embarque, muchos se paraban para saludarlo y otros para pedirle autógrafos; él jamás los defraudaba, posaba para la foto, estampaba su firma en los innumerables papeles que le pasaban; agité mi mano para despedirlo confiando que muy pronto regresaría al país para atenderlo, brindarle mis servicios y hacerlo sentir feliz como se había sentido en aquella ocasión que pasó por Bogotá y en donde fue feliz por última vez”.
Discografía
Como solista
Amor amarillo (1993)
Bocanada (1999)
Siempre es hoy (2002)
Ahí vamos (2006)
Fuerza natural (2009)
Álbumes en directo
11 Episodios Sinfónicos (2001)
Álbumes recopilatorios
Canciones Elegidas (2004)
Bandas sonoras
Sólo por hoy (1998)
+Bien (2000)
Sencillos/EP
Amor amarillo (1993)
Puente (1999)
La excepción (2007)
Crimen (2007)
Cerati, en frases
- Si yo me retirara ahora, que no creo que sea muy factible, pero supongamos que sí, me iría contento, por Fuerza Natural.
- Y si te abrazo es para sentir, que a nuestro amor nunca podrán sacarlo de raíz.
- Me pasé la vida imaginándote; no es momento para ser cobarde.
- Cuando no nos sirven las palabras, llorar es mejor.
- Yo te quiero para siempre, pero siempre es hoy.
- Nuestro futuro depende de cómo entendamos el pasado.
- Sos el paisaje más soñado, sacudiste las más sólidas tristezas y respondiste cada vez que te he llamado.
- Mereces lo que sueñas.
- Lo terrible del mar es morir de sed.
- Lo que seduce nunca suele estar donde se piensa.